-¿Son 1.900 euros un sueldo adecuado?

-Es una retribución que está bien cuando se está parado, pero hay personas que, por suerte, tienen una retribución superior. Si le ponemos un tope (salarial) implica que personas que tienen un trabajo digno no puedan dedicarse a la política. Tan malo es excesivamente poco, como excesivamente mucho.

Ésta reflexión la realizaba ayer Wenceslao López, alcalde de Oviedo y cabeza visible del tripartito formado por Somos, PSOE e IU, a preguntas de los periodistas a raíz de las negociaciones que las tres formaciones de izquierdas están llevando a cabo para concretar los sueldos que percibirán los concejales o el número de asesores con los que pondrán contar los grupos municipales. Las conversaciones se encuentran en punto muerto debido a las discrepancias que existen en el seno del tripartito de izquierdas sobre cómo afrontar el reparto, por ejemplo, del número de ediles liberados por cada uno de los cinco grupos que componen el Ayuntamiento.

Uno de los escollos es la intención de Somos de establecer un tope salarial. Este pasa por que, como máximo, un concejal cobre 1.950 euros brutos al mes, el triple del salario mínimo interprofesional, que se sitúa en 756,7 euros mensuales. Hasta ahora, un concejal de gobierno percibía unos 2.700 euros líquidos y uno de la oposición liberado algo menos de 2.200. La cantidad que propone Somos, a tenor de sus declaraciones, puede no ser suficiente para López ya que el Alcalde entiende que en la nueva Corporación hay personas cualificadas que llegan del sector privado donde ingresaban más.

Aunque la principal preocupación de López ya no es la cantidad, sino que las nóminas de los concejales sean dignas. "La gente que está en la política también tiene que vivir, que comer?", señaló. En esta línea, el regidor socialista alertó de los peligros que supone contar con una clase política mal pagada. "Si no reciben una retribución legal (suficiente) puede acabar recibiendo retribuciones ilegales. Es así de claro", apuntó. Y defendió que, ante el debate existente en todo el país en torno a los sueldos de los cargos públicos, los que se dedican a la política tienen el derecho de tener una compensación económica". En este punto, el Alcalde lanzó un claro aviso a navegantes: "La democracia cuesta dinero".

El principal problema es que en la negociación sobre los sueldos de los concejales y los medios con los que deben contar cada grupo (locales, subvenciones...) comienzan a chirriar las promesas electorales de la izquierda, fundamentalmente del PSOE y Somos. La marca local de Podemos, además del límite salarial, se comprometió a reducir en 300.000 euros el coste de la Corporación, que se situó el pasado mandato en 1,7 millones anuales. Por su parte, los socialistas llevan un par de años exigiendo que las subvenciones a los grupos se rebajen un 30 por ciento. En este punto parece que las posturas están más cercanas. Por su parte, IU aboga, siguiendo la doctrina que defienden desde la dirección regional, por mantener las retribuciones aprobadas en 2011.

Las complicaciones para cerrar un acuerdo también surgen porque la negociación no se está llevando en el seno del tripartito, sino en la junta de portavoces, donde también tienen voz y voto el PP y Ciudadanos. Los populares quieren que, por ejemplo, el reparto del número de asesores se haga de una manera proporcional al número de concejales que obtuvieron en las urnas (11) y para no perder los que ya tenían cuando estaban en el gobierno. Pero tras dos largas reuniones mantenidas en la mañana y en la tarde del miércoles, no hay acuerdo. El Alcalde quiere cerrar la cuestión de los sueldos y los medios de los grupos cuanto antes para evitar que se convierta en un culebrón que dañe la imagen del tripartito. Por eso ayer, por un lado, defendió que "hay que dar un tiempo para poder llegar a puntos de convergencia". Pero por otro, reconoció que "hay cosas que no por darles más vueltas se resuelven" y rememoró que "hemos estado trabajando (la cuestión) en dos reuniones" y se marcó el plazo de "como máximo dos reuniones más". Aunque su intención pasa por llegar "siempre a acuerdos, forma parte de mi personalidad"

Y si aún así no hay acuerdo ¿cuál sería la solución? El regidor socialista lo tenía muy claro: "Si haces concesiones y los demás no, pues a votar". Y por si no había quedado claro abundó: "Se vota y punto".