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Generación OVD

"Trabajar como fisioterapeuta en el Oviedo sería un sueño"

"Cuando veo a los preparadores físicos de Asturias veo a grandes profesionales, pero creo que les falta un plus"

"Trabajar como fisioterapeuta en el Oviedo sería un sueño"

Cuando Carlos Álvarez Fueyo estudiaba en el colegio de La Gesta, su abuelo era el encargado de ir a recogerles a él y a su hermano Juan muchas tardes. Su abuelo era el corresponsal en Oviedo para un periódico deportivo nacional y por eso, en vez de llevarlos al parque como hacían el resto de abuelos, los llevaba hasta el antiguo Tartiere para ver la segunda parte de los entrenamientos del primer equipo. "Era la época de Radomir Antic y me enganchó al fútbol", cuenta.

Así comenzó su carrera como jugador, en el Centro Asturiano de Oviedo, y como socio de su equipo del alma, el Real Oviedo. "Soy socio desde el año 95 y aunque vivo fuera mantengo mi carnet". Cuando acabó el bachillerato, hace 8 años, Carlos Álvarez se fue a Madrid para estudiar la carrera de Fisioterapia y Ciencias de la actividad física del deporte (INEF). Y así ponía fin a su andadura en el mundo del fútbol. Pero, en ese momento, no sabía que se trataba solo de un hasta luego.

Durante el tercer año carrera, el joven estaba obligado a realizar unas prácticas profesionales de INEF. "Me ofrecieron el Rayo Vallecano y empecé como ayudante del preparador físico en la categoría de alevines". Pero lo que empezó como unas prácticas se convirtió en un empleo. "El entrenador de alevines y el preparador físico se fueron al Málaga y me ofrecieron pasar al juvenil C, también como ayudante". Aceptó y estuvo durante dos años en esta categoría, hasta que el equipo consiguió ascender y con ellos lo hizo el cuerpo técnico. "Se contempla el ascenso del primer y del segundo entrenador, pero no el del preparador físico. A mí me ofrecieron la categoría infantil, pero como el preparador con el que había estado siempre iba a estar en alevín A, preferí seguir aprendiendo y trabajando con él".

Y fue en ese puesto en el que una coincidencia le abrió las puertas de un nuevo trabajo. "El año pasado, mi cuarto año en el club, fuimos a Perú con el campus que organiza el periodista José Ramón de la Morena. En el aeropuerto, antes de salir de Madrid, me lo presentaron, y el responsable de los servicios médicos le dijo que si necesitaba algo yo podía tratarle". Durante la estancia en Perú, el fisioterapeuta ovetense trató al comunicador y a su mujer. "Quedaron contentos y me presentaron al doctor González, que dirige la prestigiosa clínica Deyre en Madrid y me ofreció trabajo durante el verano". Pero como le ocurrió en el Rayo, su "buenhacer" conquistó a su empleador, y hoy en día compagina su trabajo en la clínica con el puesto de fisioterapeuta responsable de las categorías inferiores del equipo madrileño, que se componen de 11 equipos. El que más trabajo le da es el juvenil A, que hoy juega la final de la Copa del Rey contra el Real Madrid en Ceuta. "Entre semana, paso unas cinco horas en la ciudad deportiva viendo a jugadores lesionados o ayudando a descargar a alguno de los del juvenil A, que son la prioridad".

Pero, a pesar de su éxito su mente y su futuro están en Oviedo. "Es mi equipo y me encantaría trabajar en él. Sería un sueño hecho realidad". Y sabe que, gracias a su estancia fuera, cuenta con un plus. "Cuando veo a los preparadores en la 'Oviedo cup' veo a grandes profesionales, pero les falta un plus. En Madrid la gente está mejor preparada". Por eso, ahora que el Real Oviedo está en Segunda y el Sporting en primera, "la afición por el fútbol y el conocimiento van a crecer". Y puede que le surja alguna oportunidad para estar más cerca de casa a la que no cierra puertas. ¿Vendría al Sporting? "No, esa es la única puerta que cierro. No me veo vestido de rojo y blanco", bromea.

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