Emilio Ruiz Barrachina, Carlos Álvarez-Nóvoa y Eva Gamallo dieron detalles ayer por la mañana en el teatro Campoamor del "El violín de piedra", película que por la tarde se presentó en el teatro Filarmónica en la sección oficial del Festival de Cine y Arquitectura (Ficarq).

Barrachina trata en "El violín de piedra" la despoblación de la sierra de Madrid a través del último habitante de un pueblo. La cinta, explicó el director, salió adelante con la ayuda de varias localidades de la sierra madrileña que retrata la película, una suerte de sextaferia cinematográfica.

Junto con el contenido del filme, Ruiz Barrachina desveló una historia entrañable que tiene que ver con Konstantin, el violinista que toca en el intercambiador de la avenida América , que fue niño prodigio pero al que la esclerosis frenó su carrera. "Acabó en Madrid porque se enamoró de una pintora", dijo. "Va con el espíritu" de la película. Y añadió que "con la enfermedad lo que hizo fue adaptar el violín a sus dedos. Rodó in situ y fue improvisando", matizó. Tanto Eva Gamallo, que en algunos momentos de la rueda de prensa se emocionó, como Carlos Álvarez-Nóvoa, dieron su visión del filme y de la forma de trabajar del director. De "imaginario" de Barrachina definió Gamallo, para añadir que es una "temática necesaria". Además, alabó la profesionalidad del actor asturiano: "Compartir película con Carlos y sólo escucharlo ya te transforma", dijo la actriz.

Álvarez-Nóvoa se tomó unos minutos para recordar sus vivencias en Oviedo: "Estoy aquí sentado, ante el Campo San Francisco. Y recuerdo que en la calle Marqués de Santa Cruz había un cine", el cine Santa Cruz, que en aquel entonces marcaba la autorización para ver las películas con colores: rosa, blanco y rojo. El último ya era peligro total. De aquellos momentos vividos "nació mi afición al cine", y precisamente en el teatro Campoamor su afición por el teatro.

Dijo Álvarez-Nóvoa que la película le había dejado, entre otras cosas, las "sensaciones vividas en el rodaje, el ambiente de Buitrago y de aquellas gentes", que también forman parte de la cinta, "su ilusión", explicó. Y contó cómo llegó al filme: "Eva le habló a Emilio de mí. Leí el guión y me encantó; siempre me interesó lo que hace Barrachina", dijo para referirse a ese realismo mágico de García Márquez que hace de la normalidad lo extraordinario. Además alabó al actor que hace su papel en la juventud, Eric Francés.

Emilio Ruiz Barrachina recuperó durante la charla el tema de la despoblación para decir que fue un asunto que "llegó a tal preocupación que hasta se creó una comisión en el Senado" para tratarlo. "Un problema", dijo, que "es económico". También describió el rodaje y el frío e incluso lo ligó con la arquitectura: "Esa arquitectura que se pierde con casas de piedra", apuntó.

A Carlos Álvarez-Nóvoa se le preguntó si tuvo durante el rodaje la sensación de que Asturias podría llegar a terminar como esos pueblos de la sierra de Madrid. "Viví en Oviedo, aunque nací en Langreo" y, efectivamente, en la película tuve la misma sensación que la depresión por la "pérdida minera".