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Los problemas del complejo sanitario de La Cadellada

Los mandos medios del HUCA piden a la plantilla que abandone "el desánimo"

Los líderes del Hospital llaman a aprovechar las ventajas del nuevo edificio tras un traslado muy duro

Los mandos medios del HUCA piden a la plantilla que abandone "el desánimo"

Los líderes mueven ficha. Un total de 19 profesionales del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), buena parte de ellos jefes de área o de servicio, han elaborado y suscrito un manifiesto cuyo título y "leit motiv" es máximamente elocuente: "HUCA en positivo". El escrito explicita sus dos finalidades: contrarrestar "la corriente de desánimo o indiferencia que impregna a muchos de sus trabajadores" y aminorar "los recelos -en gran medida infundados- que las noticias negativas han generado en la sociedad asturiana".

Este movimiento llega poco después de la celebración -el pasado 14 de junio- del primer aniversario de la entrada en servicio del complejo sanitario de La Cadellada. Además, el documento se difunde en pleno periodo de transición política, cuando los partidos representados en la Junta General del Principado negocian la configuración de un nuevo Gobierno regional, tras las elecciones autonómicas celebradas el pasado 24 de mayo. La iniciativa de publicitar este manifiesto es "totalmente ajena a cualquier intención o interpretación partidista que pudiera hacerse del mismo", subraya el propio texto.

Entre los firmantes del documento -al que ha tenido acceso este periódico- figuran buena parte (no todos) de los mandos intermedios médicos con mayor predicamento en el HUCA. No obstante, también lo firman otros profesionales, algunos de ellos enfermeros. Hay quienes ejercen como profesores en la Universidad de Oviedo. Los promotores de la idea subrayan que no han querido ser exhaustivos en la recogida de firmas, sino simplemente recabar los apoyos de una muestra representativa de los más de 5.000 trabajadores del complejo sanitario.

El manifiesto se propone "contemplar el HUCA con una visión que realce sus múltiples aspectos positivos y que reafirme la confianza en su funcionamiento y desarrollo". En relación con el traslado del edificio del Cristo al actual, sus autores admiten que "la adaptación a las nuevas instalaciones fue dura, agotó la paciencia, y, lo que es peor, supuso un jarro de agua fría a las expectativas de muchos trabajadores del hospital". Este diagnóstico quedó de manifiesto en la serie de reportajes y entrevistas que LA NUEVA ESPAÑA publicó el mes pasado, con ocasión del primer aniversario del complejo sanitario ovetense.

Asimismo, reconocen que el Hospital Universitario Central de Asturias es un centro sanitario "imperfecto, con deficiencias motivadas por la propia estructura del sistema público, por las características de la sociedad a la que sirve, por las limitaciones de los profesionales que en él trabajamos y por los problemas vinculados a la propia gestión de la institución". Pese a todo, enfatizan que se hace necesario afrontar la realidad con "optimismo" y "espíritu positivo", "con exigencia crítica, pero también con reconocimiento y orgullo por lo bien hecho", así como fomentar el "sentido de pertenencia" a la institución en la que desarrollan su profesión.

En su enumeración de aspectos que invitan al estímulo, incluyen "el excelente marco estructural y arquitectónico del hospital", "la dotación de equipos y el desarrollo de tecnologías punteras" o "las magníficas instalaciones de su pabellón docente y el grado de satisfacción de los estudiantes de la Universidad de Oviedo".

Como objetivos fundamentales, los firmantes del escrito señalan dos: "Mejorar día a día el funcionamiento del hospital y conseguir un mejor servicio al ciudadano en un entorno más propicio para el desarrollo de un trabajo gratificante". Finalmente, expresan el "compromiso" de hacer realidad estos desafíos.

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