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La entrada al HUCA, un nido de trampas

Los usuarios del centro sanitario se quejan del mal estado de las aceras y del intenso tráfico, que provoca embudos a diario

La entrada al HUCA, un nido de trampas JULIÁN RUS

Mucho tráfico y adoquines sueltos. Esto es lo que se encuentran los usuarios del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) cada vez que acceden al recinto sanitario por la entrada de consultas externas, una de las más transitadas. Los afectados consultados ayer por este periódico piden mejoras inmediatas, una reclamación que va en la línea de la hecha el jueves por el presidente del comité de empresa del servicio de autobuses, Manuel Villaverde, que se reunió con el Alcalde de la ciudad, Wenceslao López y la teniente de alcalde, Ana Taboada para transmitirle su preocupación por el peligro que entraña la parada del autobús, cuya ubicación, dice, supone un peligro para los usuarios.

Rosario Menéndez es una de las afectadas. Desde la parada del autobús asegura que "hay horas al día con mucho tráfico. Los autobuses llegan a la vez y se genera atasco", comenta mientras espera por el vehículo. "Había un bache, pero lo arreglaron poniendo una chapa metálica", añade.

En la misma línea se expresa Elena González, que asegura que "esta carretera es muy estrecha" porque, dice, "a las horas puntas el autobús tiene que esperar mucho".

La entrada a consultas externas es utilizada cada día por los autobuses, urbanos e interurbanos, taxis y particulares que aparcan sus coches dentro de uno de los aparcamientos del hospital. Allí se forma habitualmente una suerte de embudo que molesta a los usuarios del hospital. "Los vehículos se acumulan, no fue buena idea poner la parada de autobuses en esta parte", comenta María Álvarez, a quien tampoco le parece que la idea de "poner adoquines haya sido la mejor opción". "O se dejan las paradas de autobuses y taxis, o se deja el aparcamiento y se trasladan los apeaderos, pero tener todo junto es un caos", interviene Ángel García, uno de los usuarios.

Pero el mal estado del suelo cercano a la entrada también genera indignación entre los que se acercan caminando al hospital. "Estos adoquines son un peligro, puedo torcer un pie y caerme", comenta Isabel González en referencia al estado en el que se encuentra la carretera por donde se accede del aparcamiento al edificio del centro hospitalario. "Las baldosas están sueltas, vas tropezando una y otra vez", agrega Estrella Álvarez que intenta caminar con su hija sin dar un mal paso.

Natalia Cimorra, que también espera en la parada, es más contundente en su análisis y declara que "el paso del aparcamiento al edificio es muy peligroso". "Se debería reordenar el tráfico de esta parte del hospital, se monta mucho follón", añade.

Otra de las reivindicaciones de los usuarios del nuevo hospital es la instalación de un punto de información para conocer el tiempo que falta para que pase su autobús. Hugo Paniceres, por ejemplo, se queja de que las marquesinas donde paran el servicio son "un desastre". "No está adaptada para gente que tenga alguna discapacidad, no hay paneles informativos de los horarios a los que vienen los autobuses, ni está bien indicadas las líneas que hace parada en el hospital", comenta.

El gremio de los taxistas también sufre las consecuencias del embotellamiento que se produce a la entrada del hospital. "Hay demasiado tráfico a cualquier hora del día. Esto es muy estrecho, los taxis estamos amontonados, preferíamos la parada que teníamos en el antiguo hospital", opina Rodrigo Álvarez, que espera la llegada de algún cliente junto a su taxi. "No nos dejan acercarnos a dejar a la gente a la puerta y los pasos de peatones justo a la salida de nuestra parada son un verdadero peligro", añade.

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