El nuevo gobierno local (PSOE, Somos e IU) tiene decidido poner fin a una de las joyas de la corona de la etapa en la Alcaldía de Gabino de Lorenzo (PP): el centro ecuestre El Asturcón. El tripartito cerrará el hípico este mismo año si no encuentra empresas que quieran hacerse cargo de su gestión. El Alcalde, Wenceslao López (PSOE), avanzó ayer que la clausura del centro está encima de la mesa porque, dijo, el contrato de concesión del hípico finaliza en agosto y de momento no hay ningún interesado en tomar el relevo. La idea de López es pedir una prórroga "de uno o dos meses" a la actual empresa concesionaria, Urbaser, para "ganar tiempo", recoger datos y estudiar si existe alguna otra alternativa.

El regidor considera que las instalaciones, en evidente estado de deterioro, son un "regalo envenenado" del anterior gobierno del PP y que su mantenimiento hoy en día no es viable porque "la prioridad ahora son las personas". "Todo esto se hizo en su día sin pensar en el futuro", declaró el Alcalde, que admitió que "las instalaciones tienen su utilidad pública", pero que "no podemos meternos en un gasto de esa envergadura".

El Ayuntamiento destina al año más de 1,2 millones de euros en el mantenimiento de sus instalaciones. De esa cantidad, más de medio millón va para la empresa concesionaria que lleva los boxes y destina otros 239.000 euros a las escuelas deportivas. El resto de gastos se destinan a otras necesidades como el pago de la luz, el agua y el gas o la gestión de los excrementos de los animales.

El pasado mes de enero, el municipio tuvo que prorrogar el contrato con Urbaser porque el concurso quedó desierto. Ninguna empresa quería hacerse cargo de la gestión. Y, ahora, las previsiones no son buenas. "Tiene difícil resolución, es un asunto problemático", reconoció ayer el Alcalde, que visitó las instalaciones junto a la teniente de alcalde, Ana Taboada (Somos), y los concejales Ana Rivas (PSOE), Mercedes González (Somos) e Ignacio Fernández del Páramo (Somos).

Los responsables políticos recorrieron las estancias principales de un complejo que cuenta con una extensión de 300.000 metros cuadrados en una gran parcela que se extiende desde el río Nora y la falda monte del Naranco, en las cercanías del límite con el vecino concejo de Llanera. En él trabajan siete empleados municipales, contando a su director, Nemesio Tuero, y la directora de competiciones, Carolina Uribarri, que hicieron de guías durante el recorrido. Entre otras instalaciones, la comitiva municipal visitó la pista verde con gradas para albergar a 2.000 personas, el picadero con capacidad para 1.200 espectadores o la parte de las escuelas y los boxes (380 en total). La instalación alberga actualmente a 210 caballos y de ellos 100 son de particulares y el resto pertenece a las escuelas, salvo 10, que son municipales, apuntó Uribarri. La presencia de animales en el centro, no obstante, se redujo notablemente con la crisis, al igual que el número de alumnos en las escuelas de equitación.

El centro ecuestre fue uno de los grandes proyectos impulsados por el exalcalde Gabino de Lorenzo, que antes de inaugurarlo le auguraba un brillante porvenir: "Se llenará de actividad deportiva y será una fuente de riqueza y empleo. Tengo la certeza absoluta de ello", aseguró entonces el actual delegado del Gobierno. Era el 27 de agosto de 1999 y estaba apunto de ver la luz una de sus apuestas estrella. La inauguración fue el 11 de septiembre y sólo un día antes la obra recibió la licencia para su construcción. El hípico se concibió con un modelo de gestión compartida entre empresa y el propio Ayuntamiento y costó 24 millones de euros (4.000 millones de pesetas). Cinco años después de su inauguración, en 2004, se firmó el contrato de gestión compartida con Urbaser, que se vinculaba a la explotación del campo de golf de Las Caldas. La empresa se garantizaba la gestión del hípico hasta 2044. Con la crisis empezaron los problemas, la desbandada de caballos y el deterioro de las instalaciones. En enero de 2014 se decidió desvincular los contratos de Las Caldas y el Asturcón. Este año, el concurso quedó desierto y el Ayuntamiento se vio obligado a pedir una prórroga. Ahora parece que el siguiente paso es su cierre.