El barrio de La Florida vive colgado del puente que unirá la zona con el Parque del Oeste. Los vecinos aguardan impacientes la apertura de la pasarela, la gran obra de la ciudad de los últimos años, que el Ayuntamiento ha anunciado que será "inminente" a la espera de rematar los últimos flecos del proyecto, y por eso muchos ya lo utilizan. Mientras, el paso a los vehículos sigue cortado.
"No es normal que, después de todos los ruidos y molestias que nos han hecho pasar, tengamos que estar ahora contemplando esta abominación sin utilidad, no tiene ni pies ni cabeza", asegura María Dolores Fernández, vecina de La Florida, mientras dice "asumir" que la situación no parece que vaya a cambiar. Y es que durante el periodo de obras, en la etapa en la que el PP gobernaba la ciudad, los retrasos fueron una constantes debido a la complejidad del proyecto. Lo complejo de su estructura llevó a que el proceso fuese realmente lento. La colocación de las pesadas piezas tuvo que hacerse de manera individual, siendo necesarias varias grúas para poder ir colocando cada una de las mismas. Estas grúas, por su tamaño, requieren que su transporte se haga, también, por partes. Todo esto, unido a los continuos cortes en el tráfico de la zona para poder llevar a cabo la construcción, hicieron de la misma un auténtico calvario para muchos. Los vecinos, además, se quejan de los ruidos que tuvieron que soportar durante el tiempo que duró la construcción.
La inauguración del puente estaba prevista para septiembre del año pasado, pero en diciembre aún se estaban colocando las últimas piezas del "puzzle" que supuso su construcción. La rotonda que marca su extremo por la parte de La Florida también ha tenido sus complicaciones. Por debajo de la misma se encuentran las vías del tren, por lo que fue necesaria una estructuración de la misma con un sistema flotante en el centro, de manera que "vuele" sobre el paso de los vagones. Para comprobar la validez de la estructura, diseñada por el ingeniero Juan José Arenas, fue necesaria la realización de pruebas de carga. En un principio, iban a ser el último paso antes de la apertura del puente. Los test se hicieron a principios de este año, y el paso entre La Florida y el Parque del Oeste aún sigue cortado.
"El problema viene por el cambio de alcaldes, el anterior lo utilizó como baza para las elecciones y el actual está pisando su trabajo", apunta Eugenio Quintana, vecino del barrio, que añade que "al final, los que estaban saliendo perjudicados son los propios vecinos". Quintana no olvida que el PP abrió el puente de manera testimonial el mismo día de las elecciones del 24-M coincidiendo con el partido de la promoción de ascenso a Segunda que enfrentó al Real Oviedo con el Cádiz en el Carlos Tartiere.
Óliver Méndez, habitual del barrio destaca el poco uso que, tras dos años de obras, se está dando a la pasarela: "No creo que se haya utilizado más de una semana, la de las elecciones". El tamaño del puente es otro de los puntos más criticados por los ovetenses. Así lo hizo Juan Carlos Espinosa. "La estructura es tremenda, no casa nada con barrio, pero creo que ha tenido que ser así para poder situarse sobre las vías del tren". Hay también quien se queja de que tras una inversión de cinco millones de euros, una de las más grandes que el municipio ha realizado desde que estalló la crisis económica, la pasarela siga cerrada de manera oficial. "Después de todo el dinero que se han gastado en hacerlo, lo mínimo sería que estuviese funcionando" afirma Sara Díaz, vecina del barrio, cansada de mirar por su ventana y ver como el gran puente sigue siendo una gran estructura sin utilidad, aunque no para todos.
