Más de la mitad de las mujeres asturianas mayores de 50 años consumen fármacos tranquilizantes. Ésta es la principal conclusión de un estudio elaborado por la Consejería de Sanidad del Principado, según el cual son casi 265.000 los habitantes de la región que recurren a este tipo de medicamentos. La diferencia entre sexos es muy pronunciada, hasta el punto de que de esa cifra global 180.000 son mujeres y 85.000 varones. Los hombres sólo superan a las mujeres en la franja de los menores de diez años.

Basado en datos de 2012, el informe llevado a cabo por el Observatorio sobre Drogas y Adicción a las Bebidas Alcohólicas del Principado se centra en el empleo de benzodiacepinas como ansiolíticos y como hipnosedantes. En el año mencionado, se dispensaron en las farmacias un total de 2.180.130 envases de hipnosedantes, muy mayoritariamente benzodiacepinas y análogos farmacológicos. Esta cifra no incluye medicamentos consumidos en los hospitales ni prescritos por médicos del sector privado. Tampoco se contabilizan fármacos antidepresivos o antipsicóticos.

En definitiva, en torno al 32 por ciento de las mujeres y al 16,5 por ciento de los varones hacen uso de tranquilizantes. Entre los menores de diez años, la tasa de niños que toma este tipo de medicamentos (algo más del 10 por ciento del conjunto de esa población) casi duplica el de niñas. Se trata de la única excepción a la regla general. "En todas las demás edades, la dispensación es mayor en mujeres, y a partir de los 50 años duplica a la de hombres, en número de recetas y un poco menos en porcentaje de población", indica el informe del Observatorio sobre Drogas.

El estudio señala que, sobre la base del total de mujeres que residen en Asturias, "puede decirse que a partir de los 50 años hay más mujeres consumidoras (53 por ciento) que no consumidoras (47 por ciento)". En la población masculina, este fenómeno sólo se registra entre los mayores de 80 años.

Más de la mitad (en concreto el 54 por ciento) de los hombres se sitúan en lo que los expertos consideran un nivel de consumo bajo de hipnosedantes y ansiolíticos. Por consumo bajo se entiende cinco o menos envases al año, una cantidad que, al menos sobre el papel, implica un uso ocasional y/o reciente. Por el contrario, más de la mitad de las mujeres (el 51,5 por ciento) se sitúa en una ingesta habitual y alta.

En la clasificación de tipos de consumo, el informe habla de consumo habitual (de 6 a 12 envases anuales), consumo diario a dosis media (de 13 a 24 envases), consumo elevado (de 25 a 49 envases al año) y consumo excesivo y/o a dosis no justificada (a partir de 50 envases), lo que implica más de un envase a la semana, o lo que es lo mismo más de cinco comprimidos al día.