Soy una educadora infantil. No de Avilés, pero podría serlo. Me dice una compañera: "¿Sabes que han hecho en Avilés?", y respondo: "No tengo ni idea". "Pues han mandado al paro a cuatro jornadas completas". "¿Pero no tendrían que pasar antes a media jornada?". "¡Eso tiene que ser ilegal! Por favor que alguien me lo explique".

Como dije no soy de Avilés, soy de Oviedo. Somos educadoras que estamos haciendo lo imposible para que las escuelas funcionen bien y nos encontramos con pegas, trabas, impedimentos. ¿Qué está pasando? ¿Qué pretenden? Todos los años esperan a que tengamos vacaciones para recortar, cambiar, desestabilizar. Están haciendo que las jornadas completas pasen a media y éstas al paro, en detrimento de las trabajadoras y de la calidad de la enseñanza.

Las educadoras de las escuelas infantiles de 0 a 3 años pasamos bastante tiempo solas con los niños en el aula, cuando tendría que haber dos, y siguen recortando. ¿Qué hacemos si un niño se pone malo? ¿Si vomita? ¿Si se cae y se hace daño? A pesar de todo, las escuelas funcionan bien gracias a dejarnos la piel. ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar? Quiero agradecer a las familias su confianza y su apoyo diario, parece que son las únicas que valoran nuestro trabajo.

Me encuentro en la obligación de hablar y de luchar por mi puesto de trabajo y por la calidad del mismo. Quiero que la gente tenga información para que vean hasta dónde pueden llegar nuestros políticos (¿socialistas?) y espero que les sirva de reflexión. Escribo desde la indignación por la impotencia, desde la rabia por la injusticia y desde la pena ante la indiferencia de los que se supone que tienen que cuidar de nuestro sistema educativo.