"Silencio. Motor. Se rueda". Es la frase que marca un punto y aparte en cualquier rodaje. El ritmo frenético que suele predominar durante una grabación se para en seco, el barullo se convierte en un silencio sobrecogedor y todos los ojos se centran en un mismo punto. Eso lleva ocurriendo desde hace más de una semana en diferentes puntos de la ciudad, que se han convertido en escenarios de la historia que cuenta "El futuro no es lo que era", el nuevo filme de Pedro Barbero, producido por el asturiano José Velasco.

El teatro Campoamor, el hotel de la Reconquista o la zona de la Losa son algunos de esos puntos en los que, además de fijar la mirada los cien trabajadores del rodaje, lo hacen cada día decenas de personas que se encuentran al salir de casa con cámaras, decenas de extras merodeando o algún rostro conocido, como el de los protagonistas, Carmen Maura y Dani Rovira. Y es que detrás de cada una de las escenas de esta película hay un duro trabajo.

A las 7 de la mañana empieza la ebullición. Se colocan equipos, se sitúa el atrezo, se comienza a iluminar las zonas en las que se van a rodar las primeras secuencias y se instala el sonido, se programan los planos, se revisa el guión. Llegan los actores. Maquillaje y peluquería se ponen manos a la obra. Menos mal que está al frente Romana González, conocida en el mundillo como "Pato", con más de 50 años de carrera encima. Los estilismo de los actores están perfectamente preparados y marcados. En un primer vistazo, uno encuentra su cambio con facilidad. Los protagonistas están listos, también los primeros extras, pero siguen llegando otros sin parar.

En el Reconquista casi nada es lo que era hace siete días. Una sala de reuniones es un improvisado tocador y otra un vestidor. Adolescentes vestidos de uniforme esperan su turno sentados en los sofás. En una suite, Maura y Rovira ruedan una escena. Desde el combo, Barbero revisa cada plano. "Silencio. Motor. Se rueda". A través de la pantalla se ve a Maura abriendo una puerta y a Rovira tras ella. La secuencia no vale. "Silencio. Motor. Se rueda". Y así cuatro veces. Llega la hora del bocadillo y esto no ha hecho más que comenzar. Silencio, esto es un rodaje.