No hay una decisión definitiva, pero todo apunta hacia la estabilidad, al menos a corto y medio plazo. Los responsables de la Consejería de Sanidad y del Servicio de Salud del Principado (Sespa) deshojan la margarita del futuro del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), el buque-insignia de la sanidad asturiana, cuya plantilla rebasa los cinco mil trabajadores. Según diversas fuentes consultadas por este periódico, la opción que parece contar con más posibilidades es que Manuel Matallanas continúe al frente del complejo sanitario ovetense hasta la fecha de su jubilación, prevista para finales de mayo del año que viene.
Manuel Matallanas (Madrid, 1951) asumió la gerencia del HUCA -y del conjunto del área sanitaria con cabecera en Oviedo- en septiembre del año pasado, tres meses después de la entrada en servicio del recinto de La Cadellada. Con anterioridad, había sido el responsable de la oficina que dirigió el traslado desde el viejo edificio del Cristo. Su llegada a la gerencia -en sustitución de Jaime Rabanal- sirvió para apaciguar los ánimos de un hospital que había vivido unas primeras semanas de andadura marcadamente convulsas.
A lo largo de este periodo, los trabajadores del HUCA han valorado la capacidad de diálogo del doctor Matallanas, así como su cintura para torear situaciones comprometidas. Experiencia no le falta: entre 1989 y 1996 fue director provincial del Insalud de Asturias, y los cinco años anteriores había ocupado una subdirección de la misma institución. Al dejar estos cargos, se recicló y retornó a su plaza en el servicio de oncología radioterápica del Central.
La gerencia del HUCA es, con total seguridad, una de las responsabilidades más complejas no sólo de la sanidad asturiana, sino del conjunto de la región. Implica la gestión de una plantilla enorme y de un presupuesto que ronda los 500 millones de euros anuales (en torno a un tercio del presupuesto sanitario global).
