Peleas, insultos, amenazas, trapicheos y exhibicionismo. Éste es el panorama al que se enfrentan diariamente los vecinos de la céntrica calle Magdalena, en Oviedo. En los últimos meses, tanto los residentes como los comerciantes han visto cómo su calle se ha convertido en escenario habitual de indigentes entre los que abundan los malos modales hasta rozar el acoso. Por una parte, aprovechan los recovecos de los edificios para guarecerse del mal tiempo; por otra, y es lo más molesto, sacan partido al elevado flujo de transeúntes de esa calle -que discurre entre la plaza del Ayuntamiento y el Campillín- para intimidarlos y pedirles dinero en un tono que algunos llegan a considerar como una amenaza.

Los vecinos llevan semanas denunciando esta situación, cada vez más insostenible. El punto álgido se alcanzó el pasado mes de junio, cuando uno de los mendigos habituales fue apuñalado como "venganza" por una trifulca con otra pareja de indigentes registrada semanas antes. "Montan espectáculo. Se pasan el día borrachos y drogados", critica una vecina de la calle. "Hay peleas, trapichean, anuncian a los cuatro vientos que venden droga, y así todas las tardes", añade.

Los residentes testifican que, todas las tardes, una pareja de indigentes acude a la calle para pedir dinero y dormir, pero muchas veces acuden acompañados de personas más problemáticas o de toxicómanos. Los vecinos se manifiestan "muy quemados", porque la actitud de estos mendigos es "muy conflictiva". "Si no les das dinero, te insultan", se queja otra vecina. "Hay algunas personas pidiendo en la calle que no molestan, y que incluso nos defienden si estos otros vienen a por nosotros", explica una vecina, que ha tenido que ser defendida ante el acoso de la citada pareja de indigentes.

Los residentes consideran "una vergüenza el espectáculo y la imagen que se da de la ciudad en una calle tan transitada como esta", y temen que, con la llegada del invierno, los niños que utilizan la calle para acudir a los colegios puedan encontrarse con escenas de exhibicionismo como algunas que se han vivido recientemente. "Es un espectáculo bochornoso, la gente rodea y evita esta calle para no tener que cruzarse con ellos. Resulta muy desagradable", comenta un vecino, que ve como la gente sortea la calle Magdalena como vía de tránsito. "Se han hecho los dueños de la zona", critica otro vecino.

Los residentes no son los únicos que lamentan la situación problemática que sufre la calle. Algunos comerciantes relacionan la proliferación de estos mendigos con un descenso de las ventas. "Los clientes tienen miedo de que vean que tienen dinero en la cartera y vayan a por ellos". Algunos han llegado a plantearse cerrar los soportales de sus negocios, como ya han hecho determinadas comunidades de vecinos, para evitar que se guarezcan en ellos. "Dejan todo sucio, y además destrozan el mobiliario existente", subraya un comerciante.

El pasado miércoles, los concejales Gerardo Antuña y Covadonga Díaz (del PP) se reunieron con algunos de estos vendedores para conocer la situación de primera mano. Los denunciantes pidieron al partido mayoritario de la oposición que les apoye solicitando un incremento de la presencia policial en la calle que les permita sentirse más seguros. Tras la reunión, los populares se comprometieron con los vecinos y comerciantes a reclamar al equipo de gobierno de Wenceslao López (PSOE) establecer la figura del policía de proximidad, tal y como el PP llevaba en su programa electoral. "Nuestro compromiso con la ciudadanía es que Oviedo siga siendo una de las ciudades más seguras de España", comenta Antuña, anterior concejal de Seguridad Ciudadana.