Hay quienes piensan que el amarillo atrae a la mala suerte, una superstición que a punto estuvo de cumplirse para el matrimonio Linke, propietario de un Buick del 72 gualdo que suele ceder para el desfile del Día de América en Asturias, pero que, esta vez, acababan de trasladar desde su residencia en Miami con la intención de celebrar en Asturias sus bodas de oro.

La pareja, formada por Angelina, de Tuiza, y Eberhard, un alemán-estadounidense que se siente asturiano, acostumbra a desplazarse por la región en su coche clásico y esperaba que fuera éste el que les condujera hasta el altar en Tuiza. Pero el pasado día 11, el automóvil decidió dejar de funcionar. En su rescate acudió Fernando de la Hoz, presidente de la Asociación Ovetense del Motor Clásico, que corroboró lo difícil que sería llegar a la parroquia lenense a bordo del agotado Buick. Y era tal la ilusión de los Linke de contar con su buga para la boda que casi la suspenden.

Sin embargo, con su avería, el viejo Buick les había dirigido a la persona indicada para reorganizar el evento en Latores en apenas diez días. "Guardo gran aprecio a los Linke, a los que me une la pasión por los coches clásicos. Son una pareja emigrante que siempre regresa a Asturias, y sentí que debían ser recibidos como se merecen", explicó De la Hoz a LA NUEVA ESPAÑA.

De la Hoz acordó la celebración de la boda en el Palacio de Latores, un conjunto arquitectónico del siglo XVII que perteneció al marqués de Marcenado y que hoy es propiedad de Herminio Cárcaba. Tras veinte años cerrado, su capilla fue rehabilitada para recibir ayer, domingo, a los Linke y a sus invitados, entre los que figuraba la familia de empresarios Cosmen, amiga desde hace 28 años de la pareja anfitriona.

A la misa, oficiada por el párroco de Santa Eulalia de Morcín, Miguel Ángel García, siguió un banquete ambientado por música de orquesta.

Toda la celebración estuvo impregnada por el estilo indiano, inspirado en la Feria de Indianos de Colombres, y contó, además, con unos invitados de cuatro ruedas muy especiales. Entre ellos, un mercedes ponton y varios cadillac exclusivos.

Pero el verdadero protagonista fue el Buick amarillo del 72 que viajó con los Linke desde Miami hasta Asturias, que contribuyó a la organización exprés de todo el evento y que los condujo, leal como siempre, hasta el altar.