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LUISA MARTÍN | Actriz

"La cultura lleva en crisis desde Lope de Vega, pero la situación actual es absurda"

"Hay que cambiar la educación de una forma radical; cómo va a respetar el ministro de Hacienda a los actores si nadie le ha enseñado a hacerlo"

Luisa Martín, en el plató de Tudela Agüeria en el que rodó una escena para "El futuro ya no es lo que era". E. BARÓ UBACH

Luisa Martín (Madrid, 1960) es una de esas actrices con las que casi todo el mundo ha compartido algún momento de su vida. O bien por su "Chirla", en la serie "¿Quién da la vez?"; o por su "Juani", en "Médico de familia"; o por sus brillantes interpretaciones teatrales en "El Verdugo" o "Carmen". Por eso, Pedro Barbero no ha querido perder la oportunidad de contar con ella en "El futuro no es lo que era", la película protagonizada por Dani Rovira y Carmen Maura, cuya historia se desarrolla en Oviedo.

-Se mete en la piel de una periodista. ¿Cómo se sintió haciendo usted las preguntas?

-Mejor de lo que esperaba. Es una presentadora bastante soberbia e insoportable. Soy muy buena persona, pero esos personajes son muy divertidos. Eres mala por un tiempo limitado y encima te pagan por ello.

-¿Mejor ser la que pregunta o la que responde?

-La que responde. Las preguntas para los profesionales.

-Con Dani Rovira comparte serie ("B&B"), pero con Carmen Maura, ¿había trabajado?

-No. Mi madre la adoraba. No la conocía de nada, pero la quería personalmente. Decía que era buena chica y muy buena actriz, me hablaba de ella como si fuera una persona de la familia. Por eso seguro que ahora, donde esté, se alegra mucho de vernos juntas.

-¿Se siente más cómoda como secundaria?

-He hecho protagonistas, pero me gustan esos personajes secundarios que llegan a tener mucha importancia por la solidez que aportan a la historia. Actores de soporte, como se llaman en Estados Unidos.

-¿Siguen viéndola como "La Juani" o está superado?

-No hay nada que superar, estoy muy orgullosa de ese personaje. Además es un homenaje a varias personas, y con ella se formó una revolución. La gente se sigue acordando muchísimo.

-¿La televisión es todavía un medio de segunda?

-Se considera todavía género menor. Las crisis económicas traen cosas horrorosas, como el sufrimiento de la gente, pero también algunas buenas. Mucha gente que pertenecía a una élite cinematográfica ha pasado a trabajar en proyectos de tele estos años. Soy una gran defensora de la televisión porque en España tiene mucha calidad.

-Muchos piensan lo contrario...

-Cuando se han hecho series más avanzadas, políticamente incorrectas o con un espectro ideológico más amplio, no han triunfado. Es la historia de siempre. Todo el mundo ve los documentales, pero no tienen casi audiencia. Otros sólo ven series americanas porque parece que son más prestigiosas que las españolas. Pero aquí hay una ficción buenísima. Y eso tienen que tenerlo claro el público y las instituciones. España es el tercer país del mundo en exportación de series de ficción. Y en el Ministerio de Cultura no lo sabían hasta que se lo dije yo. Y eso que las exportamos casi al mismo nivel que el jamón ibérico.

-¿Se lo dijo al Ministro?

-Al exministro, José Ignacio Wert, personalmente. Me recibió en su despacho, porque tenía muchas ganas de decirle muchas cosas. Pero también tengo ganas de hablar con Margallo (ministro de Exteriores), así que si lee esta entrevista, ojalá me llame.

-Además de la crisis económica, ¿hay otra cultural?

-Una muy grave, pero que empieza en Lope de Vega. Hay un problema de autoconfianza. La gente que nos dedicamos a la interpretación somos o lo mejor o lo peor; no hay un término medio de respeto. Pero es por un problema de educación, no de cultura. Sólo con los autores del Siglo de Oro puedes tirarte varios años leyendo; sin embargo, los ingleses solo tienen a Shakespeare. Pero ellos tienen la Commonwealth y nosotros absolutamente nada. De la grandeza de España sólo nos quedan los mantones de Manila. La situación que estamos viviendo con la cultura es absurda. El Ministerio de Cultura está para que la cultura avance, no para conservar lo que hay. Pero tenemos unos gobernantes que no lo saben hacer desde hace mucho tiempo.

-¿Por qué?

-Les falta educación. Los niños deciden a edades muy tempranas si escogen ciencias o humanidades. Las humanidades hacen al hombre, no son una necesidad únicamente lectiva. Hay que cambiar la educación de una forma radical. Cómo va a respetar el ministro de Hacienda a los actores si desde que era un bebé nadie le ha enseñado a hacerlo. Si tus propios gobernantes hablan mal de la cultura, apaga y vámonos.

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