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El Ayuntamiento cuidará el Tartiere con continuidad para evitar grandes gastos

El Alcalde quiere iniciar en octubre el "mantenimiento permanente" del estadio e IU pide ejecutar "todas las obras" y entregar el campo al Oviedo

El Ayuntamiento cuidará el Tartiere con continuidad para evitar grandes gastos

El Ayuntamiento de Oviedo tiene decidido que, en cuanto sea posible, se hará cargo de forma permanente del mantenimiento del Carlos Tartiere. El plan parte directamente del alcalde, el socialista Wenceslao López, a cuyo partido corresponden las competencias en infraestructuras. La intención municipal es terminar con el abandono que sufren buena parte de las dependencias del estadio del Real Oviedo, cuyo adecentamiento supondrá un elevado coste para las arcas públicas.

Asientos arrancados -repuestos ya 300 por el Ayuntamiento- goteras en la cubierta, luminarias averiadas -31 han cambiado los servicios municipales- cuartos de baño en estado deplorable, un garaje deteriorado y dependencias del estadio que necesitan un repaso a fondo forman el cuadro que ahora debe poner en orden el tripartito que gobierna la ciudad (PSOE-Somos-IU). Fuentes del ámbito municipal señalan que el Alcalde quiere implantar un plan de "mantenimiento permanente", más allá de los mínimos que pide el convenio de cesión del estadio. Y ponerlo en marcha hacia el mes de octubre para, primero poner al día las instalaciones, y después asegurar un correcto mantenimiento que evite llegar a situaciones extremas y obligue a grandes desembolsos.

Para la primera parte, el Ayuntamiento tendrá "ayuda", porque la Federación Española ha contratado con una empresa un lavado de cara del estadio ovetense. Los trabajadores llegarán mañana o el miércoles y dejarán todo a punto para el partido que la selección española tiene el sábado contra Eslovaquia, clasificatorio para la Eurocopa del año que viene en Francia.

El plan que manejan en los despachos de mando del Ayuntamiento prevé un encuentro con los responsables del Real Oviedo para limar las asperezas de los últimos días y plantear ese plan de cuidados permanentes. Pero no son esas las únicas ideas que circulan en la plaza de la Constitución. Roberto Sánchez Ramos, concejal de IU, explicó ayer a este periódico su hoja de ruta para sacar adelante la relación entre el Real Oviedo y el Consistorio. "El nuevo gobierno (del que forma parte como edil de Cultura) solo lleva dos meses y se encuentra en una situación muy compleja pues el Ayuntamiento no es solo propietario del Carlos Tartiere sino que también es socio (accionista) de la sociedad que lo utiliza, así que tenemos una doble obligación. Por un lado, velar por el patrimonio de la ciudad y por otro, la buena marcha del Oviedo".

Sánchez Ramos advierte de que el estadio está "inacabado" y de que el coste de su construcción pasó de 33 millones de euros a 47. "Cuando se terminaron los 47 no se hizo más. Lleva 15 años sin inversiones ni mantenimiento", aseguró, antes de dar paso a la que considera la mejor solución. El concejal de IU propone que el Ayuntamiento, como propietario del estadio y responsable de su conservación y mantenimiento, se siente con el Real Oviedo y establezca las inversiones que necesita el Carlos Tartiere. "Hay que jerarquizarlas e incluirlas en el presupuesto que elaboraremos para el año que viene. Lo ideal sería llevarlas todas a cabo en 2016. Ir sacando esas obras a concurso y cuando se terminen, revisar el convenio de cesión del estadio, donde ya no haga falta el tutelaje del Ayuntamiento. El Oviedo ya vuela solo y cuando estén hechas las inversiones para tener un campo de primera habría que redactar un nuevo acuerdo de cesión y que el club tenga plena autonomía sobre el estadio. Para eso hace falta respeto institucional entre ambos y eso incluye no entrometerse en la actividad futbolística con conciertos a la hora de los partidos o carpas de miles de metros en el aparcamiento", explicó ayer Roberto Sánchez Ramos.

La polémica alrededor del Carlos Tartiere comenzó cuando Joaquín del Olmo, asesor deportivo del grupo Carso, el conglomerado a través del que la familia Slim materializa su presencia accionarial en el Oviedo, criticó con dureza la actitud municipal en cuanto a la conservación del lugar de los partidos del equipo. Respondieron las ediles de Infraestructuras, Ana Rivas (PSOE) y de Deportes, Mercedes González (Somos), no sin "sorpresa" y cierto malestar, tras asegurar que, en dos meses, han entrado al campo 170.000 euros de dinero público. Y acusaron al PP de entregar el estadio en malas condiciones.

Al día siguiente, LA NUEVA ESPAÑA publicó varias fotografías en las que se apreciaban algunos de los importantes desperfectos que sufren las instalaciones oviedistas. Representantes de la agrupación de peñas azules (APARO) reclamaron al tripartito en el gobierno que cumpliera con sus compromisos y que se hiciera cargo de los arreglos que necesita el campo. El grupo Symmachiarii emitió un comunicado en el que siguió por esa línea, además de mostrarse molesto por las insinuaciones de Ana Rivas sobre las "personas que acceden" al estadio cuando no hay partido. En los últimos años, no han sido pocos los trabajos de adecentamiento y decoración del estadio con motivos oviedistas que este grupo ha llevado a cabo con sus propios medios.

Aludido por las críticas políticas, el excalcalde Iglesias Caunedo, pidió un plan de urgencia para el estadio y comprometio el apoyo del PP a los proyectos que se planteen para poner una solución a los problemas con la casa del Oviedo.

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