Responden los voluntarios del Teléfono de la Esperanza de Asturias

-Hola, ¿cómo estás?

-Bien, bien. Gracias.

Esta breve interacción, además de muy frecuente, se presenta como cortés y correcta. Veamos otra, también habitual.

-Hola, ¿cómo estás?

-Fatal, estoy pasando un momento muy malo.

-Bueno, no será para tanto. Ya verás cómo todo se arregla.

La debilidad, la fragilidad, el fracaso, no resultan cómodos ni para el que lo sufre ni, según parece, para el que lo escucha.

El jueves, día 10, se celebra el "Día internacional para la prevención del suicidio", una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio a la que pertenece el Teléfono de la Esperanza. No hay acciones ni campañas para recordar que hay momentos en la vida en los que sentimos que no tenemos suficientes recursos psíquicos para afrontar eso que percibimos como una montaña, un pozo profundo, un túnel sin salida. Sólo hay tiempo para decir: "si quieres puedes", "no hay límites a la voluntad"... Poder, triunfo y serotonina. La desesperanza y la tristeza nos "cuestan" en carne propia y en la ajena.

Hay temas que preferimos ignorar y que, si nos sacuden, procuramos esconder en las esquinas más oscuras de nuestra alma.

Pues bien, ¿hay alguien que no haya sufrido nunca?, ¿hay alguien que se sienta a salvo del dolor o del sufrimiento psicológico? Es así. La vida es así. El primer paso para atravesarlo, trascenderlo o aceptarlo es hablarlo.

Los poetas, los cantantes, los músicos, lo cuentan, lo cantan, lo gritan. No es una realidad ajena a la experiencia humana.

La próxima vez que sufras, puedes poner la radio en la oscuridad de tu habitación para escuchar esas canciones cantadas por otros que parecen legitimar tu sufrimiento, ver esa película que te da permiso para llorar, leer ese poema que remueve tus entrañas y también puedes contarlo, cantarlo, gritarlo. Sólo conociendo lo que vives puedes atravesarlo, trascenderlo o aceptarlo. Sólo conociendo la profundidad de tu experiencia puedes reconocerte como un ser humano sensible, vulnerable, perfectamente imperfecto y, sobre todo, suficiente para avanzar con la ayuda de cualquier otro que, sabiendo de su sufrimiento, tiene valor para escuchar el tuyo.

¿Cómo escuchar el sufrimiento? Aceptando nuestra vulnerabilidad y escuchando primero el nuestro.

Este próximo jueves, día 10, el Teléfono de la Esperanza desarrollará una serie de actividades en la plaza de Trascorrales de Oviedo bajo el título "Ponle ganas a la vida". Te sorprenderá cómo se puede hablar del sufrimiento y escucharlo sin temor, sin juicios. Ven, porque el sufrimiento es cosa de todos.