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Una infraestructura clave para la ciudad

San Claudio, depuradora para 130.000

La ampliación de la planta, con un coste de 16,6 millones y su culminación prevista para diciembre, aumentará un 50% su capacidad y captará agua que se perdía en las tormentas

San Claudio, depuradora para 130.000

La estación depuradora de San Claudio, una infraestructura clave para Oviedo, afronta el último tramo del largo periplo de su ampliación y modernización. Quedan apenas tres meses para la finalización de las obras, a cargo de la sociedad pública Acuaes (Aguas de las Cuencas de España ). Unos trabajos que han necesitado 16,6 millones de inversión. Cuando terminen, las instalaciones habrán renovado todos los procesos, con maquinaria más sofisticada; incorporarán una nueva línea para tratar el agua de las tormentas y también una miniplanta que permitiría limpiar aún más caudal de agua. En el momento de la entrada en servicio, la capacidad de la estación depuradora habrá aumentado un 50 por ciento, podrá tratar 1.300 litros de agua por segundo y atenderá una población de 129.750 personas.

La depuradora de San Claudio sigue funcionando mientras avanzan las obras. "Los técnicos han tenido que convivir durante los trabajos con esa dificultad", destaca Isabel Pérez-Espinosa, directora de zona de Acuaes. El tanque que captará todo el agua que arrolla en las tormentas y de la que hasta ahora se perdía una parte considerable ya está acabado. Lo mismo que el área de pretratamiento, aunque el edificio en el que se ubica está por cerrar. Sus paredes serán traslúcidas para evitar la necesidad de focos y el consiguiente gasto en energía eléctrica. Es en este lugar donde se quedan las ramas, las hojas y los muchos trapos que arrastra el agua y que muy a menudo atascan la maquinaria. Pérez-Espinosa llama la atención sobre ese hecho y sobre la "importancia" de ser cuidadosos con la selección de desechos en los hogares.

Los restos sólidos, las grasas y los residuos contenidos en el agua que entra en la planta de San Claudio van pasando por "sucesivas fases de filtrado y decantación", explica César Prieto, el coordinador técnico de la zona norte de Acuaes. El proceso se va afinando cada vez más hasta llegar a los reactores donde prospera un fango activo, mimado por los responsables de la planta y plagado de bacterias que son las que se encargan de la última parte del trabajo.

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