La calle Gil de Jaz y sus aledaños se ha llenado en los últimos días de nuevos moradores. Conceptos de negocio que han dado un nuevo aire al barrio y que confirman que los comerciantes vuelven a ver esta zona como la milla de oro de la ciudad. Boutiques de moda, espacios con prendas novedosas, peluquerías de alta gama y un local en el que las ensaladas y los zumos de frutas y verduras, los tan famosos "detox", son los únicos protagonistas.
En los últimos años, los vecinos de la zona alta, el céntrico barrio de Oviedo, custodiado por dos de las arterias de toda la vida, la avenida de Galicia y la calle Uría, se quejaban del bajón que había experimentado el comercio de calidad. Las grandes cadenas de textil, conocidas como "low cost" o "fast fashion", se apoderaron de muchos locales y los negocios propios que continuaron, a pesar de la crisis, iban dirigidos a una clientela más clásica o de alto poder adquisitivo, con los que no todos se identificaban. En los últimos años, varios jóvenes emprendedores se animaron a montar negocios alejados de esta línea más tradicional en la zona. Poco a poco, fueron sumándose cada vez más a la lista. Y funcionó. Tanto que las calles Cervantes, Uría, Marqués de Pidal, Asturias, General Yagüe y avenida de Galicia se han convertido en las más deseadas, y las más caras, para abrir un nuevo negocio. En menos de 15 días han abierto cuatro nuevas tiendas en esta mágica intersección de calles. Y las que están por venir.
"Hace tiempo que estaba detrás de un local en esta zona, pero es complicado conseguirlo. Es una de las doce calles más caras de España porque es de las que más paso tiene. Según los últimos estudios, pasan por ella más de 9.000 personas al día", asegura Roy Silveira. Es el propietario de Repoker, una tienda de zapatillas y ropa urbana que levantó la persiana por primera vez el lunes en la calle Gil de Jaz. "Este barrio necesitaba aire fresco, tiendas que aporten algo distinto y nosotros traemos ropa street wear, modelos de zapatillas que no se encuentran por internet y marcas exclusivas", añade. Aunque lleva pocos días, está muy satisfecho con los resultados de la tienda. "El primer día pasaron por ella más de 200 personas. Y nos sorprende que este tipo de textil y calzado atrae ahora a muchos adolescentes, muchas chicas y muchos padres preguntando por modelos para niños; pero también abuelos en busca de zapatillas cómodas para el día a día. Estoy seguro de que hemos dado el pelotazo".
Muy cerca de él, Mónica Martínez recibe a los clientes en la gran tienda que ha abierto Florentino en la calle Uría. "La empresa ha iniciado una expansión por España y Oviedo es su primera apertura. En esta zona no había tiendas exclusivas para hombre, que ofrezcan calidad y 'made in Spain', y nosotros venimos a cubrir ese nicho". Martínez considera que tras pasar por una etapa negra, el barrio está viviendo una nueva época dorada. "Por aquí pasan miles de personas al día y gente de todas las edades. Para cualquier empresa de moda es un filón", asegura. Muy cerca de ella, en la calle General Yagüe, Ana Álvarez, conocida en el mundo de la moda como "Las horquillas de Anita", ultima las obras de su nuevo salón de belleza en un asociado con Llongueras. "Es el regreso del maestro a la ciudad y vuelve en un local que lleva más de 30 años ligado a la peluquería, pero con una imagen renovada". El nuevo espacio, de líneas puras, modernas y limpias tendrá como manual de uso el estilo y la filosofía del famoso peluquero, con un trato cercano y productos de alta gama. Y un espacio innovador, un atelier exclusivo para novias.
Un poco más arriba, en la calle Cervantes, Deliciaviva se ha convertido en el lugar ideal para hacer una parada natural. Ensaladas para llevar, frutería, y zumos de frutas y verduras. Una moda extendida por las ciudades más importantes del mundo y que ya tardaba en llegar a Oviedo. Continuando el paso, al llegar a la avenida de Galicia, aparece AB Boutique, el nuevo espacio de Cristina Menéndez-Castañedo. "Es una tienda multimarca con la que llevo desde el año 2000, pero nos hemos mudado a un local más grande y a una calle que está de moda, con mucho ambiente y mucho paso de gente", cuenta.
Por delante de su tienda, en la que el blanco de las paredes se fusiona con detalles en cobre y madera, una bicicleta vintage, muchas flores secas y una luz tenue, pasan trabajadoras de oficina, grupos de amigas que se reúnen en los locales de hostelería cercanos y familias completas. "Es un público muy diverso, por eso hemos ampliado la colección. Tenemos firmas más asequibles, para todos los bolsillos, que siguen ese concepto de originalidad y diferenciación que nos caracteriza. Todas nuestras prendas son de aire urbano y muy ligadas a las tendencias". Una línea que ha contagiado al resto del barrio y que lo ha transformado en la gran manzana ovetense.
