El camino, nunca mejor dicho, continúa de nuevo este sábado por las distintas localidades de San Juan de Villapañada, una parroquia que limita al norte con el concejo de Candamo; al este con las parroquias de Castañedo y Grado; al sur con la de El Fresno y al oeste con la de Cabruñana. Si ya la semana pasada recogimos la historia de los caldereros y de algunos de sus descendientes que viven en la parroquia, y sin olvidar la importancia de la misma dentro del Camino Primitivo a Santiago de Compostela, hay que recordar también algunos datos como los relativos a su fundación.

Así por ejemplo señala el escritor Álvaro Fernández Miranda, en su obra "Grado y su concejo (1907), que es hacia 1450 cuando se constituye San Juan de Villapañada como jurisdicción, señorío, priorato y encomienda de los Caballeros de San Juan de Jerusalén, también conocidos como caballeros de Malta. Álvaro Valdés también recoge en su libro sobre el bron de los caldereros de esta parroquia, que "hay otros documentos que fechan su constitución como anterior, siendo la mención más antigua la de 1229".

La Orden se dividía en clérigos y caballeros, donde los primeros se encargaban de los hospitales y los segundos de luchar contra los infieles y proteger a los peregrinos que iban camino de Santiago, puso en pie dos hospitales en Asturias. "Uno en Arenas, en Siero, y otro en este lugar de San Juan de Villapañada o Leñapañada, como se puede leer en algunos documentos. Se desconoce el origen de este nombre. Aventurándonos un poco puede ser que Lepañada proceda de la obligación que tenían los vecinos de pañar (recoger) leña como tributo, pues los diezmos que tenían que darle al comendador un carro de leña el día de San Martín además de un roble llamado anataliego, en Navidad", recuerda Álvaro Valdés Díaz en su obra.

Es, por lo tanto, esta tierra, un lugar con mucha historia y tradiciones que se van pasando de padres a hijos. Los días previos a la vuelta a la escuela es habitual ver a abuelos y padres con sus nietos en diferentes localidades de San Juan como es el caso de Acebeo y también de La Llinar, buena parte de los cuales protagonizan hoy estas páginas. Mientras los pequeños se entretienen jugando en el exterior , los de más edad, como Enrique Alonso López, afirman que "ahora hay ya muy poca gente, no es como antes que estaba todo habitado. Quedamos muy pocos viviendo aquí habitualmente, aunque en fin de semana si vienen más", señalar.

Allí, Xuan Antón López, gran amante de su tierra , ha puesto un pie un interesante museo etnográfico que, día a día, va enriqueciendo con nuevas piezas. Se llama el Payar de Xuan. Es, además, el padre de la cantante infantil de tonada Noemí Alonso, de 10 años, una estrella que ya brilla con luz propia y que, como su padre, ama profundamente la tradición.