La ruta turística por el Oviedo revolucionario de 1934 regresa para quedarse. Así lo anunció ayer uno de sus ideólogos, el presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico y también historiador, Benjamín Gutiérrez Huerta. En los próximos días, el colectivo se reunirá con miembros de la Asociación de Guías Turísticos del Principado para ofrecerles el itinerario y asesoramiento para desarrollarlo e incorporarlo a la oferta turística de la capital asturiana. "Ahora mismo se está explicando la ciudad sin mencionar los acontecimientos históricos. París, Normandía, Berlín... toda Europa está llena de placas que explican lo que pasó. El otro día se me cayó el alma a los pies cuando un chaval de un instituto de las Cuencas me dijo que no tenía ni idea de lo que era la Revolución de Octubre del 34, y probablemente su abuelo haya luchado en ella...", manifestó Gutiérrez.

El presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico realizó ayer este anuncio mientras hacía de guía en esta ruta, que decidieron repetir tras el éxito de la Noche Blanca, cuando muchas personas interesadas en esta actividad quedaron fuera ante la gran afluencia de público. Una demanda que tampoco defraudó ayer, con más de un centenar de personas participando en la ruta, que tuvieron que dividir en dos grupos.

El itinerario partió a las doce del mediodía de la plaza del Fontán e hizo un alto en el Ayuntamiento para explicar los primeros días del acontecimiento histórico. "La Revolución estalló el día 4 de octubre y dos días después, el 6, comenzaba el asalto revolucionario a la ciudad. No todos los revolucionarios eran mineros de las Cuencas, una parte importante son vecinos de Oviedo que se unen, como el soviet de La Argañosa. Los burgueses se escondían en los sótanos de las casas, pero también sus criados. Mi abuela era criada en Oviedo y mi abuelo revolucionario", explicó Gutiérrez, antes de avanzar en dirección a la calle Uría y explicar que cuando un edificio es nuevo en esta zona, es porque algo le pasó al anterior. El 10 de octubre de 1934 ardieron en Oviedo el convento de San Pelayo, el Campoamor, la Audiencia y el edificio del diario "Avance". Al día siguiente se produjo la voladura de la Cámara Santa. "Ahora entramos en el juego de la propaganda, quién quemo qué. Se decidió culpar a los revolucionarios de quemar el Campoamor igual que en Alemania los nazis echaron la culpa a los comunistas de quemar el Reichstag. No está claro quien quemó la Universidad; hay una teoría nueva de David Ruiz que dice que dentro acumulaban dinamita y gasolina y que hubo un bombardeo y una explosión. Quieren traer expertos en explosivos para analizarlo", indicó Gutiérrez.

Sobre la Cámara Santa, al presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico le molesta que cuando se muestra a los visitantes se omita que es una reconstrucción. "Fue volada y destruida en su totalidad y ochenta años después no lo dicen. El hollín es de los cirios, pero también de la dinamita", manifestó.

La considerada última revolución del siglo XX en Europa fracasó. Las tropas del general Ochoa tardaron del día 11 al 14 en llegar al Ayuntamiento desde el cuartel de Pelayo, lo que da una idea de la fortaleza de los obreros. "Vamos a morir a Oviedo, también se muere en la mina...", era lo que decían, según apuntó Benjamín Gutiérrez, que terminó la charla con un recuerdo a los mártires de Villafría.

La Fundación Juan Muñiz Zapico había creado esta ruta el año pasado, con motivo del 80.º aniversario de la Revolución de Octubre de 1934. Este año propusieron al nuevo concejal de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, la posibilidad de incluirla en las actividades de la Noche Blanca. La iniciativa no estuvo exenta de la polémica y fue muy criticada, sobre todo desde el PP. El exalcalde de Oviedo Agustín Iglesias Caunedo acusó a Sánchez Ramos de pretender cargarse la marca de la "Noche Blanca", con una actividad que calificó de "sectaria".