El presidente del Principado esquivó ayer una valoración expresa sobre la actitud del tripartito ovetense en relación con las propuestas de cesión del Ayuntamiento para acoger actos reivindicativos de las "marchas de la dignidad" en las vísperas de la entrega de los premios "Princesa de Asturias". Según fuentes de la presidencia del Gobierno regional, Javier Fernández se reafirma en la posición oficial del Ejecutivo sobre los galardones, coincidente con la suya e inclinada a defender la cita por sus repercusiones sobre la región pensando que los Premios constituyen "un intangible de incalculable valor para Asturias".

Con la finta, el Presidente elude comentar directamente la iniciativa de los socios de gobierno del Alcalde, su compañero de partido Wenceslao López, de permitir el acceso al Ayuntamiento de representantes de los colectivos de activistas que harán coincidir sus protestas en la ciudad con el acto de entrega de los galardones. Sin recriminación ni evaluación expresa acerca de la actitud del tripartito o de los socialistas ovetenses, Javier Fernández se alinea con quienes estiman el peso de los réditos inmateriales de la convocatoria. Enfrente se sitúan en algún sentido quienes en un acto "simbólico y pacífico", sin connotación política, plantean el próximo viernes como una jornada reivindicativa. Entre los convocantes de las "marchas de la dignidad", que ya el año pasado se manifestaron caminando desde la Losa de Renfe a las inmediaciones del Teatro Campoamor, figuran, entre otros muchos, colectivos para la defensa de distintos derechos ciudadanos, la universalidad de los servicios públicos, la lucha contra la corrupción o la violencia de género. Los organizadores de las marchas trasladaron al Ayuntamiento de Oviedo su propuesta de ocupar, siempre "simbólica y pacíficamente", algunas dependencias consistoriales.