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La ilustradora que quería ser Picasso

La valenciana María Herreros, uno de los nombres más aplaudidos de la ilustración española, clausura la segunda jornada del festival "Gráfic-ho" de Oviedo

La ilustradora que quería ser Picasso

María Herreros (Valencia, 1983) es una de las ilustradoras más influyentes del momento. Y no es un decir. La joven entró este año en el prestigioso listado "Ilustration Now!", que elabora la editorial Taschen y que incluye a los referentes mundiales del sector. Por eso, todos los que ayer disfrutaron de su conferencia en el salón de actos de la Escuela de Arte de Oviedo, en la jornada de cierre de la segunda edición del festival "Gráfic-ho", que se celebró desde el jueves en la ciudad, sabían que estaban escuchando los consejos de una ilustradora en mayúsculas.

Aunque suene a tópico, Herreros es de esas afortunadas que ha conseguido llegar a vivir de su sueño infantil. Y lo ha logrado a base de trabajo, trabajo y más trabajo. "De pequeña, antes de saber el nombre del profesional que se dedicaba al dibujo, decía que quería ser Picasso", cuenta a LA NUEVA ESPAÑA mientras remata su café en Le Chigre, uno de los bares más hipster de la ciudad. No solo eso. Sus primeras obras infantiles aparecen firmadas por Mariasso. "Era una mezcla entre María y Picasso. Lo sentía muy propio", dice entre risas. La sonrisa es una constante en ella, una muestra inconsciente de que está feliz con lo que hace y que, también de manera inconsciente, se refleja en sus obras. Piezas llenas de color y con unos trazos muy personales que las han convertido en fácilmente reconocibles. "Busco la belleza de lo diferente, lo íntimo, lo intuitivo de las personas", explica. Y a pesar de reflejar en sus dibujos muchas cosas reales, "empecé dibujando lo que deseaba: un vestido que veía en una modelo o al chico que idolatraba", no cree que su trabajo sea realista. "Me gusta la realidad, no soy muy imaginativa, pero la presento bajo un prisma bastante personal". Y, ¿cuál es ese toque tan personal de María Herreros? "Creo que tengo una sensibilidad bastante intuitiva para captar las emociones de la gente y expresarlas en el dibujo". Sus ilustraciones tienen alma y es el secreto de su éxito.

Su camino ha dado pequeños giros. Tras acabar Bellas Artes en Valencia y un postgrado en Ilustración, comenzó a trabajar en una agencia. "Hacía dibujo publicitario por encargo, hasta que decidí emprender mi camino por libre". Como muchos jóvenes creativos, Herreros empezó a subir sus diseños a su página web y a sus perfiles en las redes sociales, en el año 2010. "Así llegaron mis primeros encargos. Personas desconocidas que me descubrían y me pedían ilustraciones para sus casas o para regalar a amigos". Fue el primer paso hasta dar el gran salto. "Me contactaron desde 'O galería' de Oporto porque estaban interesados en exponer algunos de mis trabajos". Luego llegó Madrid, Santiago de Chile, Barcelona (en donde vive desde hace cuatro meses para estar más cerca de los proyectos y el público europeo), Quebec y Berlín, la última ciudad en la que ha expuesto. También conquistó a las editoriales. Publicó novelas gráficas y cómics con las firmas más importantes y ahora prepara un libro sobre clásicos del cine con Lunwerg. "Es un proyecto muy especial porque une mis dos pasiones, el cine y el dibujo".

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