La cosecha de castaña valduna de este año no ha sido buena ni abundante. Los recolectores de Las Regueras no recuerdan un otoño peor. Le echan la culpa a la sequía veraniega, sobre todo la escasez de lluvia en agosto. El resultado es que las castañas son escasas y muchas de ellas están dañadas. Sin duda esta circunstancia influirá en el precio del codiciado manjar que debe su nombre a la parroquia reguerana de Valduno y que este fin de semana se comercializará en la tradicional feria especializada que organiza en el polideportivo de Santullano el Ayuntamiento de Las Regueras.

Miguel Ángel Díaz, vecino de la localidad reguerana de San Pedro de Nora y experto en los secretos de la castaña valduna sabe dónde buscar. Así que, a pesar del mal año, ha conseguido recolectar unos cuantos kilos para llevar a la feria este fin de semana. Si otros años presumía de que se las quitan de las manos, este no será menos. Sin embargo, y debido a la escasez del producto de calidad, todo indica que el precio de los lotes puede ser más elevado que otros años, cuando la valduna rondaba los cuatro euros frente a los dos y tres euros de otras variedades comunes. "Es la ley de la oferta y la demanda lo que regula los mercados, también el de la castaña. El precio no se fijó todavía y depende de lo seleccionadas que estén las castañas", aclara la alcaldesa de Las Regueras, Maribel Méndez Ramos. "El problema es que tenía que haber llovido más en agosto, así que hay pocas valdunas y pueden estar dañadas. No es año de gran cosecha, pero haberlas las hay y están muy buenas", relata la regidora.

¿En qué se diferencia la castaña valduna de las demás? Los expertos insisten en que el fruto autóctono de Las Regueras destaca por su tamaño grande, por su color rojo y brillante y por su buen sabor. Para comerla, los vecinos no se decantan por una única receta. "Está rica de cualquier manera: al horno, cocida o mojada en leche", cuentan. Cuando las castañas se comen preparadas de esta última forma, con el baño de leche, en Las Regueras reciben el nombre de "pulguinas".

No ha sido buen año para la recolección de castañas valdunas, pero sí para el desarrollo de los castaños injertados esta primavera en el monte de Las Ablanosas. El Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) está desarrollando allí un proyecto para recuperar el fruto emblema de Las Regueras. Era una asignatura pendiente y también urgente porque la valduna estaba abocada a desaparecer. El proyecto está tratando de atajar la situación mediante la repoblación, con castaños autóctonos, de una hectárea de monte. La pasada primavera se realizaron los primeros injertos de los castaños salvajes y los expertos aseguran que en pocos años habrá valdunas de sangre nueva en Las Regueras.

"Los castaños de Las Ablanosas van muy bien", explicó ayer Maribel Méndez Ramos. "La idea es injertar la otra mitad del monte cuando sea la época correcta, la próxima primavera", avanzó la alcaldesa de Las Regueras.

La mala cosecha de castañas de este año no ha influido en las ganas de feria en Las Regueras. El programa festivo arrancará el sábado a mediodía con la inauguración y el pregón a cargo de Jaime Izquierdo, experto en desarrollo rural. A la misma hora se abrirá el mercado tradicional, con más de sesenta puestos, así como la muestra etnográfica y de oficios tradicionales. A las seis de la tarde, la cronista oficial del concejo, Rosa Rodríguez, presentará el libro "A mí tocóme la guerra", que recopila testimonios en primera persona de vecinos del concejo que sufrieron la Guerra Civil en sus carnes. También habrá una función de teatro, a las siete de la tarde, que supondrá el debut del grupo de teatro "Las Regueranas". A partir de las ocho de la tarde la música correrá a cargo de Jorge Tuya, Marisa Valle Rosso y el gaitero Alfonso Les Regueres.

El domingo, el mercado abrirá de diez de la mañana a cinco de la tarde, cuando se clausurará la feria con la entrega de premios de los concursos de lotes de castañas y platos elaborados con este fruto. Además durante los dos días se sucederán la música y los juegos populares a cargo de la agrupación folclórica "La Bandina-La Sidrina", una ludoteca "valduna" para los chiquillos y servicio de chigre.