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Sin rastro de la banda que roba a fuego

La Policía cree que los ladrones que reventaron la caja fuerte de Del Arco y Química del Nalón con lanzas térmicas son un grupo itinerante con un informante en Oviedo

El "Taca", un soldador madrileño del barrio de Villaverde, se hizo famoso hace un par de años en los submundos de la delincuencia por ser el mejor en lo suyo: reventar cajas fuertes con una lanza térmica. Lo que otros tardaban cuarenta y cinco minutos en hacer, él lo resolvía en quince y sin despeinarse. Los grupos organizados se rifaban a este "artista" del soplete y le pagaban enormes cantidades de dinero por uno de sus eficientes servicios: robos limpios y sin violencia que garantizaban un buen botín a un riesgo bajo. Cuando consiguió atraparlo, la Policía Nacional presentó la detención como un gran logro, asumiendo que como el "Taca" habrá como mucho nueve o diez en todo el país; el resto son aficionados.

No parece que sean precisamente amateurs, sino más bien lo contrario, los integrantes de la banda de la lanza térmica, que tiene en jaque a las Fuerzas de Seguridad en Oviedo, tras perpetrar, sin dejar apenas rastro, sonados golpes en importantes empresas radicadas en el centro de la capital asturiana. Su objetivo son las cajas fuertes de oficinas y despachos profesionales. El último asalto tuvo lugar el pasado fin de semana en las oficinas centrales de Química del Nalón, en la avenida de Galicia. El pasado mes de octubre se atrevieron con las cajas de caudales del exclusivo restaurante Del Arco y también con la constructora Goncesco. La Policía Nacional cree que se trata de un grupo itinerante que no reside en Asturias y que para cometer sus fechorías tiene a sueldo a un profesional en el manejo del soplete y la lanza térmica, uno de los buenos, como el "Taca" de Villaverde.

Además, según ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA, los investigadores sospechan que el grupo criminal, a pesar de no vivir en Oviedo, cuenta con el apoyo en la capital de un informador que prepara con antelación los objetivos. Esto explicaría la reiteración de robos en la misma ciudad, a pesar de tratarse de un grupo en constante movimiento. Vienen y se van. De esto último, los policías están casi seguros. Por dos motivos. El primero, que no hay ni rastro de ellos en los registros de los hoteles, pensiones o campings de la región. Segundo: en otras provincias cercanas, como Bilbao o Salamanca, también están buscando a una banda con un perfil idéntico al de los ladrones de Oviedo.

Por ejemplo, la Ertzaintza sigue el rastro desde el pasado mes de agosto a una banda itinerante que también emplea lanzas térmicas para reventar cajas fuertes, principalmente en oficinas. Solo en Bilbao, se les relaciona con siete robos. El modus operandi es idéntico al del grupo que actúa en Oviedo. Cometen sus fechorías en días festivos o fines de semana, siempre de madrugada, después de obtener la información de su compinche sobre el terreno. Cubren sus rostros y se ponen guantes para no dejar huellas. Al llegar al lugar que quieren asaltar extraen los bombines de las cerraduras con un aparato especializado. También usan inhibidores de frecuencias, inutilizan las cámaras de seguridad, cortan el fluido eléctrico y desactivan las alarmas. Nada queda al azar. Una vez dentro, buscan la caja fuerte. Es entonces cuando entra en juego el colaborador especialista en el uso de aparatos de soldadura, como las lanzas térmicas, para fundir el metal y obtener el botín sin quemar los billetes.

En el robo perpetrado en las oficinas centrales de Química del Nalón dejaron visibles las marcas de las rodadas del carrito en el que transportan el pesado material que necesitan para reventar la caja fuerte: bombonas de oxígeno, sopletes, mangueras, las lanzas, caretas, llaves... Todo apunta a que los ladrones trabajaron con comodidad puesto que, tras desconectar las alarmas, tuvieron tiempo de recorrer todos los despachos de la sede e incluso fumar. Aunque los ladrones tiraron la ceniza al suelo, se cuidaron mucho de no dejar las colillas ni los ceniceros que usaron para apagar los pitillos.

Además de los asaltos a las tres empresas mencionadas, la Policía Nacional ya registró el pasado mes de enero una docena de denuncias procedentes de oficinas y despachos profesionales ubicados en la plaza de América, la calle Asturias y la plaza San Miguel. Aseguraban haber sido víctimas de una banda de ladrones que saquearon sus cajas fuertes. En aquella ocasión, los cacos también usaron lanzas térmicas para derretir el acero y acceder al botín. Los investigadores asignados al caso continúan trabajando sin escatimar medios y en colaboración con funcionarios policiales destacados en otras provincias para estrechar el cerco y atrapar pronto a la banda de la lanza térmica.

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