El origen del topónimo Grado no está claro, pero el catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo Juan Ignacio Ruiz de la Peña señala que una de las versiones más probables es que se trate de un orónimo que hace referencia a un escalón en el terreno, es decir, con cuesta. "El Grao que hay en Levante también desciende hacia el puerto", señaló en la conferencia que ofreció en Grado dentro de las Jornadas de Estudios Locales, que organiza el Círculo de Estudios Pramarenses.

La charla, con gran éxito de público, sirvió para ahondar en el origen de la fundación de la villa, enclavada en la Edad Media. "Con probabilidad fue fundada entre 1255 y el 3 de marzo de 1256, ya que se enmarca en el período de nacimiento de muchas villas bajo el impulso de Alfonso X 'El Sabio'. La primera fue Cangas del Narcea y ya parecen documentos sobre Grado a partir de esa fecha, aunque es imposible de determinar ya que se perdió la carta fundacional", explicó Ruiz de la Peña.

Una carta fundacional conocida como Carta Puebla en la que el monarca justificó la creación de la localidad. Normalmente por razones de orden público, "debido a la mengua de la justicia por los abusos de la nobleza y del clero". El objetivo era crear sociedades fuertes y garantizar el orden impuesto por el rey. También se le adjudicó un territorio, conocido como Prámaro, que era mayor de la realidad actual del concejo.

"Grado era un espacio no muy amplio, de más o menos unas dos hectáreas y media", precisó el Catedrático. Un terreno delimitado por la muralla, que llamaban cerca, el elemento definidor de una formación urbana en la época. "La muralla, más que tener un carácter defensivo, es el límite jurídico que delimita la villa y el alfoz", apuntó. Grado era una villa de meandro, es decir, marcada por los arroyos, y tenía dos puertas, una hacia Oviedo y otra hacia Occidente. Un espacio en el que también se construyó una iglesia románica, ya desaparecida. Además, la calle principal era el trazado del camino de Oviedo a Santiago, "por donde no sólo pasaban peregrinos, sino todo tipo de transeúntes y comerciantes".

En la Carta Puebla también se otorgaba un mercado semanal. "Solían alternar por el comercio ambulante", detalló. Un mercado que se organizaba siempre fuera de la muralla, con normalidad cerca de las puertas.

"Grado es un modelo de prosperidad en Asturias, sobre todo en la Edad Media, cuando se medía la riqueza en función de la agricultura y la ganadería", destacó Ruiz de la Peña en la conferencia que dedicó al recientemente fallecido Barón de Grado.