Ocultó la muerte de su madre anciana porque no podía afrontar los gastos del entierro. Esto es lo que ha contado a la Policía Nacional el hijo de una nonagenaria fallecida hace meses en un piso de alquiler de Villafría y cuyo cuerpo sin vida fue descubierto por unos trabajadores del centro Reto que entraron a limpiar la vivienda a petición del propietario, tras quejas vecinales por malos olores. El cadáver de la anciana estaba envuelto en una manta, sobre el colchón. Fue al levantarlo para sacarlo del piso cuando los operarios se enfrentaron a tan macabro hallazgo. La anciana llevaba meses muerta y era apenas un esqueleto. La autopsia, realizada ayer, descarta que se trate de una muerte violenta.

Según indicaron fuentes policiales, en la vivienda, ubicada en el número 102 de la calle Vetusta, en Villafría, residían una madre y su hijo, los dos de origen argentino. En un momento dado dejaron de pagar la renta y el propietario del inmueble, que reside en un pueblo del municipio, inició los trámites del desahucio. Una comisión judicial entró en la vivienda para dar curso a la orden de desalojo el pasado mes de octubre. En esas fechas la mujer yacía ya muerta sobre el colchón. Sin embargo, como el piso estaba lleno de basura, creyeron que los malos olores estaban relacionados con la acumulación de residuos y ni de lejos se imaginaron que en la casa podía haber un cadáver.

El hijo de la mujer declaró ayer en la Comisaría de la Jefatura Superior de Policía en General Yagüe. Al parecer, cuando la anciana murió decidió dejarla allí y no decir nada porque no podía asumir los gastos del enterramiento. Con las mismas, dejó la vivienda y se trasladó a vivir con unos conocidos. Según la declaración del hombre, de unos cincuenta años, cuando le preguntaban por el estado de salud de su madre siempre respondía que estaba ingresada en una residencia de ancianos. Tras la declaración fue puesto en libertad, a la espera de que el juzgado decida si su actitud conlleva algún tipo de responsabilidad.