A partir de la semana que viene, los vecinos y paseantes del entorno del Campo San Francisco empezarán a escuchar ruidos procedentes de unos altavoces que probablemente no verán. Sucederá a final de la tarde, cuando empiece a oscurecer, y el sonido se parecerá al de una alarma de un reloj que se mezclará con otro que recordará al de un ave rapaz. Cuando eso suceda estará todo controlado: se trata de uno de los remedios que utilizará el Ayuntamiento para espantar a los estorninos, esas aves migratorias que llevan meses invadiendo el Campo San Francisco e incrementando el trabajo de los operarios de limpieza y de los parques y los jardines.

El plan de choque contra esta inesperada plaga de estorninos no se quedará sólo en unos altavoces que emitirán ruidos cuando desaparezca el sol y pille de vuelta a estas molestas aves migratorias que dejan preciosas estampas en el cielo. No. El gobierno local (Somos, PSOE e IU) aprobó ayer un plan que incluye, además de eso, la utilización de aves rapaces para tratar de desplazarlos. Y, como tercera opción, si así no se van, se soltarán a los tradicionales halcones, aunque los expertos en el Ayuntamiento aseguran que éstos no dan a basto ante tanto estornino suelto.

En este plan de choque, el tripartito ha tenido que destinar un presupuesto de 14.291 euros en un contrato menor adjudicado a una empresa que, con el IVA sumado, se va hasta los 18.000 euros. Los trabajos se iniciarán la próxima semana y tendrán un carácter diario.

Los estorninos son aves migratorios que este año han llegado a Oviedo en masa de repente. Los jardineros más veteranos aseguran que nunca habían visto cosa igual. Resulta que estas aves causan problemas de ruido y limpieza en el parque y varios de los vecinos ya se han quejado, especialmente al observar las baldosas "llenas de excrementos". Los especialistas pronostican que, si no se actúa para disuadirlos y tenerlos controlados, estas aves no se mudarían de una forma natural hasta la llegada de la primavera en el mes de marzo.