El Instituto de Patrimonio Cultural de España y la Consejería de Cultura del Principado acometieron en el año 2011 un estudio del estado de las pinturas murales de San Julián de los Prados que resultó muy revelador. No sólo puso en evidencia que los frescos necesitan intervenciones urgentes que garanticen su conservación sino que también sacó a la luz su aspecto original, muy distinto al actual. La restauradora Natalia Díaz-Ordóñez participó en aquella intervención y ha reunido en la exposición "Santullano desvelado. Cien años del descubrimiento de las pinturas de San Julián de los Prados", inaugurada ayer en la sede del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), la información más interesente de entre la mucha extraída en aquellos trabajos.

A la apertura de la exposición, que está patrocinada por el Ayuntamiento de Oviedo, asistió el alcalde, Wenceslao López. Él se manifestó a favor de articular un plan de recuperación urbanística en torno al monumento que se extienda por todos sus alrededores, incluida la autopista y la fábrica de armas. Él lo llama "el valle de la Vega". Defendió la vigencia de la propuesta que el arquitecto Fernando Nanclares hizo hace ya años, actualizándola, y se pronunció a favor de abrir un centro de interpretación del prerrománico en ese ámbito, en el que bien podría tener su destino definitivo el material que forma parte de "Santullano desvelado".

La inauguración institucional consistió en un tranquilo recorrido por la muestra, comentado por Díaz-Ordóñez, y a ella asistió, además del Alcalde, el director del RIDEA, Ramón Rodríguez, cuya sede acogerá también el ciclo de conferencias organizado en torno a la muestra. Por él pasarán, desde el 23 de diciembre hasta el 18 de enero, los arqueólogos e historiadores César García de Castro, Lorenzo Arias e Isabel Ruiz de la Peña.

Díaz-Ordóñez constataba ayer, poco antes de la apertura, la existencia de "problemas de conservación serios", que acechan a las pinturas de Santullano. "No van a colapsar mañana, pero cuanto más tiempo pase más difícil va a ser recuperarlas", advirtió la restauradora.

La exposición permanecerá abierta al público hasta el próximo 18 de enero. Nace con vocación de salir de Oviedo pero su recorrido futuro aún no está decidido, según Díaz-Ordóñez.

Además de los paneles con textos divulgativos, que repasan las intervenciones llevadas a cabo en el templo en los últimos cien años, "Santullano desvelado" contiene dibujos de Magín Berenguer, de mediados del siglo XX y que, reunidas en una publicación en la que también colaboró el alemán Helmut Schlunk, abrieron el camino hacia la declaración del monumento como patrimonio de la humanidad, en diciembre de 1998. Hay fotos inéditas y las cartas que ambos investigadores intercambiaban, con sus observaciones sobre el edificio, y que han sido cedidas por los herederos de Berenguer.

Natalia Díaz-Ordóñez habla con admiración del trabajo que a mitad del siglo pasado realizaron ambos investigadores, nada que ver con la intervención de Anglada y Llopart en la pasada década de los ochenta, que "alteraron gravemente el aspecto de las pinturas". La exposición deja constancia de ambas y sirve de homenaje a la de los veteranos, que mostraron toda la belleza oculta en el interior de San Julián.