Del pueblo de La Fresneda no se va casi nadie. Al contrario, sigue siendo una zona muy solicitada para vivir en medio de una naturaleza que se resiste a ser tragada por el asfalto. Después de cuatro semanas sus vecinos y el presidente de la asociación que los representa, "El Molín de la Fresnera", Juan Luis Muñiz, cierran el último capítulo de esta sección dedicada a este pueblo de Siero cuyo nombre, La Fresneda, ostenta también hace ya muchos años la famosa urbanización ubicada en esta zona central de Asturias.

El pueblo de La Fresneda, sus vecinos, siguen manteniendo el espíritu rural que caracteriza a quienes siempre han vivido en la aldea, pero adaptándose igualmente a los nuevos tiempos. Hoy esta página se despide con un emotivo y precioso poema publicado en uno de los programas de fiestas del pueblo en los años 80, donde el autor, al contrario de lo que pasa en esta localidad que esta habitada casi en su totalidad, se lamenta de la muerte los pueblos por el fallecimiento de sus habitantes, el abandono de sus jóvenes y el avance de una, en ocasiones, incivilizada civilización.

Aunque se desconoce el autor de este poema, -tanto si se trata de un poeta conocido como si ha sido escrito por un aficionado a la poesía-, porque los organizadores de las fiestas reprodujeron su obra sin poner su firma, el poema es testimonio, en primera persona, de un fenómeno que sucede desde siempre en muchas localidades de Asturias, un caso contrario al pueblo de La Fresneda, un hermoso oasis rural donde pisar una caleya es casi un privilegio.