Las fronteras entre ciencias y letras son una ficción para Emma González-Baizán González-Lamuño (Oviedo, 1990). Estudió Administración y Dirección de Empresas (ADE) en la Universidad de Oviedo, ha puesto en marcha una empresa de "comunicación artística" y ahora se lanza a la literatura con la publicación de "Chupitos de Tinta", su primer libro. Se trata de una colección de aforismos y pensamientos recogidos en 150 páginas generosamente ilustradas.
Esta joven gesticula pasión, verbaliza pasión, irradia pasión. Pasión que adquiere textura de tinta. La tinta de su pluma, con la que escribe todo lo que escribe antes de verterlo al teclado, ya sea un pensamiento para su archivo, el capítulo de un libro o un reclamo comercial de una de las empresas para las que trabaja.
Emma González-Baizán empieza negando la mayor: que estudiar ADE y dedicarse a las letras sea contradictorio. "La carrera va más allá de los números, tiene partes muy creativas como el márketing o la publicidad. Yo de alguna forma lo he llevado a mi terreno y he montado una pequeña empresa de comunicación artística que combina conocimientos que adquirí en mi etapa universitaria con la pasión por las letras".
Sus clientes son un puñado de empresas de sectores muy diversos cuyos productos presentan un componente creativo que les confiere identidad propia. "Es lógico que estas empresas quieran un tipo de comunicación acorde con este espíritu de exclusividad", explica Emma González-Baizán. Una política de comunicación que, naturalmente, las lleva al universo virtual. "Es un error pensar que cuando una empresa con mucha tradición se embarca en internet tiene que perder esa solera. Lo que quieren es subirse a la modernidad sin perder peso histórico, y eso es lo que trato de facilitarles".
Con la pluma que ganó en un concurso de "Magazine", suplemento dominical de LA NUEVA ESPAÑA, va armada en todo momento. Con esa pluma escribe las dedicatorias de su primer libro. Pero la pluma tiene como reverso las redes sociales, en las que habita durante una buena parte de su vida. En Instagram suma unos 4.400 seguidores, cifra respetable.
Pero en la otra parte de su vida el papel lo es todo. "Mis padres nos inculcaron el amor a la lectura: libros, periódicos... lo que sea". "Chupitos de tinta" estará en los dos formatos, digital y papel, "para intentar satisfacer a todos los públicos".
"Creo que con los libros en papel pasa igual que con París, que siempre nos quedarán. En ese sentido, soy muy romántica", proclama. "Quizás los libros en papel sean de las pocas cosas que todavía vienen sin instrucciones", añade. Con 25 años, Emma González-Baizán se ha lanzado al mundo de la literatura. ¿No será un estreno prematuro? "Con 25 años lo único prematuro es la muerte. Está claro que hay mucho que aprender, pero a esta edad la vida ya te ha dado las suficientes pistas para saber por dónde van los tiros", responde.
"Chupitos de Tinta" se presenta en el Club de Tenis de Oviedo, mañana lunes, a las siete y media de la tarde. Está prevista la intervención de la periodista Charo Izquierdo, ex directora de la revista "Yo Dona". El libro comenzó a gestarse hace dos años. Muchas versiones sucesivas desembocaron en la definitiva. "Dediqué más tiempo a buscar el estilo que a escribirlo. Cuando lo encontré, todo fue rápido", explica. De contenido heterogéneo, una página con texto sucede a otra casi en blanco. "Puede leerse en desorden, cada página es independiente de la anterior. Puedes buscar sobre lo que quieres leer o ir encontrándote con los textos según vayas pasando páginas. Hay barra libre de pensamientos".
"No pierdas el norte, que nos va a hacer falta", dice en el libro. ¿Cuál es el norte de Emma González-Baizán? "Mi norte es mi familia y la gente a la que quiero. Mis valores y mis sueños. Para no perderlo tendré los pies en el suelo y la brújula en la mano".
