Los ladrones que atracaron el miércoles la joyería Ulibarri, situada en la céntrica calle Marqués de Teverga, golpearon a una de las empleadas del establecimiento antes de llevarse "al menos veinte" relojes de la marca Rolex a punta de pistola, un botín que rondaría los 140.000 euros si se tiene en cuenta que "el precio medio de cada una de las piezas podría superar los 7.000 euros de venta al público", según explicó y calculó ayer uno de los socios del negocio, que prefiere mantenerse en el anonimato por motivos de seguridad. "Le dieron un golpe en la cabeza. Aún no sabemos si fue con la pistola o con el puño porque en las grabaciones de la cámara de seguridad no se ve muy claro, pero lo más importante es que ella está en su casa recuperándose del susto y que no ocurrió una desgracia", aseguran las mismas fuentes.

El atraco se produjo alrededor de las siete y diez de la tarde, cerca de la hora del cierre del establecimiento. En ese momento se encontraban en la joyería dos empleadas y el encargado. Aunque la puerta cuenta con un sistema de seguridad similar al utilizado en los bancos -el cliente tiene que pulsar un botón desde la parte de afuera y esperar a que le abran desde el interior-, los dos hombres actuaron como si fueran clientes normales y los dejaron pasar. "Llevaban una gorra y gafas de sol, pero estaba lloviendo y los empleados, por la razón que sea, no sospecharon de ellos y los dejaron entrar", explican fuentes policiales.

Lo primero que hicieron los ladrones fue colocar "un periódico en la puerta" para evitar que esta se cerrase e impidiese la posterior huida. A continuación, con las pistolas en la mano, encañonaron a las personas que estaban trabajando en el interior (en ese momento no había clientes en la joyería). La empleada que fue golpeada por uno de los dos ladrones estaba en la parte delantera del establecimiento y al recibir el ataque se quedó tendida en el suelo. El otro atracador apuntó al encargado y a la otra mujer y se los llevó a la parte de la tienda más alejada del escaparate. "Les hizo permanecer sin moverse y con las manos en alto para que no pudiesen accionar el botón de la alarma", explica uno de los socios propietarios de la joyería atracada.

Una vez que los trabajadores estaban "controlados", los ladrones sacaron una maza y la emprendieron a golpes contra el cristal de seguridad de uno de los expositores, concretamente en el que estaban los relojes de la marca Rolex. Iban a tiro fijo. "En la vitrina de al lado había algunas piezas de joyería de mayor valor que los relojes, pero ellos sabían que los Rolex se venden mucho mejor en el mercado negro", afirma uno de los dueños de Ulibarri. Los relojes de la conocida marca llevan un número de identificación y registro que hace muy difícil su venta por los canales convencionales, pero las autoridades saben que, por el contrario, tienen muy buena aceptación por vías ilícitas.

El golpe duró "poco más de un minuto". Según se aprecia en las grabaciones, "los ladrones llevaban una especie de mochila o bolsa pegada al pecho y cargaron en ella todos los relojes". Después, con la calle llena de viandantes, salieron de la tienda y se fueron cada uno hacia un lado, sin correr. Todo esto a escasos cien metros de la comisaría de General Yagüe. "Está claro que eran profesionales,

La grabación de las cámaras de seguridad de la joyería ya está en poder de las autoridades, que al cierre de esta edición no habían dado con los ladrones. Fuentes de la Policía Nacional reconocieron ayer que "no va a ser nada fácil" encontrarlos, y mucho menos con el botín en su poder. No en vano, los investigadores trabajan sobre la hipótesis de que los ladrones formen parte de "un grupo itinerante" y consideran que es más que probable que ya no estén en Asturias.

No obstante, el día del atraco, los investigadores peinaron la tienda y su entorno para tratar de encontrar pruebas que les llevasen hasta los ladrones. La Policía llegó a pedir colaboración a los empleados del servicio de limpieza por si esa noche encontraban alguna de las prendas que usaron los trabajadores en el atraco. Por el momento nada. Y parece difícil que la grabación aclare algo más. "Se distingue que son dos personas jóvenes y todo lo que hacen, pero al menos yo no pude verles la cara", explica uno de los dueños de la joyería.