La incidencia de la gripe en enero ha sido mucho menor que la del mismo mes del año pasado y, sin embargo, la cifra de urgencias de adultos atendidas en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) ha aumentado un 7 por ciento, hasta alcanzar las 9.108.

Estas dos estadísticas configuran una situación difícil de explicar desde una perspectiva lógica. Además, requieren un dato adicional: mientras en las primeras semanas de 2015 el complejo sanitario ovetense alcanzó situaciones de lleno total, que obligó a derivar pacientes al Hospital Monte Naranco, en estos primeros compases de 2016 no se han registrado episodios de colapso ni en urgencias ni en la zona de hospitalización.

En las tres primeras semanas de 2015, en Asturias se contabilizaron unos 10.000 casos de gripe. En el mismo periodo de 2016 se han computado unos 3.200 (en torno a una tercera parte). Como ya señaló este periódico el pasado viernes, la Consejería de Sanidad baraja la hipótesis de que las altas temperaturas sean una de las causas de la baja incidencia de la gripe en el presente invierno. Sanidad sostiene que la epidemia gripal está evolucionando de forma "atípica" y que "es muy difícil aún establecer las causas". Sin embargo, esta benignidad meteorológica no ha tenido la repercusión previsible en el HUCA. Si cabía esperar que acarrease una reducción del volumen de urgencias atendidas, la realidad ha sido totalmente opuesta.

Efecto llamada y esperas

Lo que ha sucedido el mes pasado implica una continuidad total con lo que venía ocurriendo en el complejo sanitario desde la apertura de las instalaciones de La Cadellada. En 2015, por vez primera, el HUCA superó las 100.000 urgencias de adultos. Los 101.466 pacientes atendidos suponen un 7,1 por ciento más que en 2013 y un 1,9 por ciento más que en 2104. La media diaria fue de 280 urgencias.

Pese a que el escaso influjo de la gripe en enero de este año invitaba a pensar en un cambio de tendencia, no ha ido así. "Las urgencias siguen subiendo por alguna causa que no resulta fácil identificar, y que no es la gripe", señaló Luis Antuña, responsable del servicio. Han sido 294 de media diaria.

En términos globales, se considera que las instalaciones del nuevo HUCA generan un "efecto llamada" entre los pacientes. Otra razón que los dirigentes sanitarios no reconocen, pero que puede estar en la base de este incesante aumento se centra en las largas demoras que los usuarios de la sanidad soportan para acceder a consultas, pruebas y operaciones. Son situaciones que muy lógicamente podrían generar una búsqueda de alternativas para los problemas de salud.

Precisamente las esperas constituyen un epígrafe en el que el servicio de urgencias del HUCA ha experimentado una mejoría. Si en enero de 2015 la estancia media del paciente en el servicio -desde que llegaba hasta que se marchaba- era de 4,67 horas, en enero de 2016 ha sido de 4,05 horas. "No cabe duda de que las cosas van a mejor: atendemos más pacientes y con más celeridad", apostilla el doctor Antuña.