Federico Gutiérrez es desde 2005 el Diputado Mayor de Gobierno del paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Hermandad y Cofradía del mismo nombre, radicada en la iglesia de los Dominicos de Oviedo. El Diputado Mayor, figura similar a la de un capataz de paso de Semana Santa, preparaba este pasado lunes el "trono a varales" en el templo de los Dominicos de cara al ensayo que iba a comenzar a las nueve de la noche. Afuera llueve a ratos y hace mucho frío. Si las circunstancias fueran otras, el ensayo se realizaría en el exterior, lo cual permite afinar en la salida de la iglesia, ya que la altura y la anchura de las puertas del templo y del atrio hacen complicada dicha maniobra.

Van llegando al ensayo los braceros y braceras, pues el paso del Nazareno es mixto. Federico Gutiérrez coloca en la parte delantera del trono un artilugio conocido como llamador, una especie de pequeño martillo metálico fijado por el mango. Con él, el Diputado Mayor da los avisos y órdenes para la conducción del trono. Los cofrades se sitúan en cada lugar asignado en los varales, según un planillo que maneja el capataz.

Suenan dos toques de atención en el llamador y los braceros y braceras se ponen a punto. Un primer toque: "Rodilla", y los cofrades toman los varales y suben el trono hasta la mitad de la pierna. Segundo toque: "Caderas". Tercer toque: "A hombros", y los cofrades elevan el trono hasta que las almohadillas se asientan en sus hombros.

"Y al toque, hacia atrás". Es la siguiente orden del Diputado Mayor, y entonces los braceros y las braceras inician el movimiento de sus pies, siempre con la suela pegada a las baldosas del templo, "y como si tuvierais un chicle entre los zapatos". Esta recomendación significa que una vez realizado el movimiento con el pie pegado al suelo, el otro se le aproxima hasta casi tocarlo. A partir de ahí, el movimiento es ya regular y, al mismo tiempo, produce el mecido del trono. Dicha técnica del mecido consiste en que "cada cofrade está meciendo el vector que marca el peso en vertical del trono, y aunque dicho peso sigue siendo el mismo, hay una cierta sensación de reparto de la carga, al menos psicológicamente".

El paso del Nazareno alcanza los 500 kilos, incluyendo la propia imagen y las flores con las que se decora el día de la procesión en la tarde de Miércoles Santo. Los cuatro varales metálicos, que cumple la función de unas andas, miden seis metros de longitud y proporciona espacio para 38 braceros y braceras, que serán los que este año salgan en la procesión. No obstante, podrían dar cabida para un límite de 60 cofrades.

Federico Gutiérrez da un nuevo toque con el llamador: "Parada y seguimos meciendo". Durante el ensayo se producen levantadas y bajadas del paso (éstas con la sucesión inversa de hombro, cadera, rodilla y suelo), y también se practica el paso simple, el doble paso y el paso ordinario. Esta terminología se halla vinculada a la de las marchas militares, cuyos ritmos se transpusieron al de las marchas religiosas de la Semana Santa. Concretamente, el paso ordinario es el más rápido, con una cadencia de unas 120 pisadas por minuto y una longitud de zancada de 65 centímetros.

En el ensayo del Nazareno suena música de fondo. Al llegar los movimientos de giro, "toman la iniciativa los braceros de los dos varales hacia donde se produce el cambio de dirección, y los porteadores de los otros dos varales se dejan llevar", explica Federico Gutiérrez. La denominación de porteadores y braceros viene a ser equivalente, aunque la Cofradía del Nazareno "eligió el segundo nombre por influencia de la Semana Santa de León", con la que está hermanada a través de la Cofradía de Jesús de la Redención.

Además de dar esa referencia, Federico Gutiérrez echa la vista atrás. "Desde el siglo XVII, la imagen del Nazareno, conocido como el 'Señor de Oviedo', al igual que la 'Señora de Oviedo' es la Dolorosa de San Isidoro, era llevada sobre ruedas, pero el año pasado la llevamos por primera vez a hombros durante todo el recorrido de la procesión". La razón de este cambio fue el nuevo trono construido por la propia cofradía, con una reducción del peso, que pasó de una tonelada a media.

Ante ese recorrido completo sobre los hombros de los braceros, el Diputado Mayor define su labor como la de quien "verifica que al trayectoria sea la correcta, da las órdenes para los giros, y vigila que la mecida sea perfecta". Con ello, nada fallará el próximo Miércoles Santo.