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Los grupos de Whatsapp avivan el acoso escolar, advierte la Policía a los padres

"Ahora van más rápido con los dedos que con la boca, nos están volviendo locos con la tecnología", alertan los enlaces policiales en los colegios

La subinspectora de la Jefatura Superior de Policía en Asturias, Victoria Fernández, ayer, en el Colegio Santa Teresa de Jesús, durante una charla orientada a los padres para prevenir el acoso escolar. LUISMA MURIAS

Los adolescentes dominan la tecnología a la perfección pero no diferencian entre el bien y el mal, de manera que, cada vez con más frecuencia, se sirven de ella para cometer delitos; el más habitual, el acoso escolar, con todos sus derivados. Es una de las conclusiones a las que ha llegado la subinspectora de la Jefatura Superior de Policía en Asturias, Victoria Fernández, que funciona como enlace de los colegios e institutos de la ciudad con el departamento de Seguridad Ciudadana. Se encarga de mediar en conflictos y, sobre todo, de prevenirlos. Por eso imparte charlas sobre acoso en los centros escolares, como la de ayer en las Teresianas, dirigida a los padres. "Ahora van más rápido con los dedos que con la boca; nos están volviendo locos con los grupos de Whatsapp", advirtió la agente, convencida de que el mal uso de estas aplicaciones fomenta y aviva el acoso escolar, que ha salido de las aulas.

El mal uso de las redes sociales o aplicaciones para móviles como Whatsapp han provocado que el "bullying" (acoso escolar) se pueda producir a cualquier hora, en cualquier lugar y encima, llegar a más gente. La subinspectora puso un ejemplo cercano que no dejó indiferentes a los padres que escuchaban. Hace ya tiempo unos adolescentes asturianos grabaron a una compañera de clase haciendo una felación a un chico durante un viaje de estudios. Cada vez que la agente de la Policía Nacional va a un instituto a impartir a una charla pregunta a los chavales cuántos han recibido y compartido ese vídeo. "Todos lo han visto, es increíble... Y la chica ha tenido que marcharse a vivir fuera, se vuelve insoportable", relató la experta. "Hay que advertir a los menores de que pueden ser autores de un delito enviando imágenes sexuales de menores a otros compañeros", añadió Fernández.

Además, el eco de las nuevas tecnologías dificulta el trabajo policial. Los investigadores han tenido serias dificultades para esclarecer un caso reciente de acoso escolar entre alumnos de dos institutos diferentes de la capital a la hora de identificar a todos los usuarios de los grupos de Whatsapp en los que se vertían comentarios injuriosos. Incluso, los policías se han encontrado en alguna ocasión con que los padres se meten en la conversación insultando a un menor para defender a otro.

La charla impartida ayer por Victoria Fernández sirvió también para sentar las bases de lo que es el acoso escolar y de sus consecuencias legales. "Que saquen a tu hija del grupo de Whatsapp no es acoso escolar; que se rompa un codo al caerse en el patio de colegio porque la han sometido a un juego estúpido sí que lo es", explicó la funcionaria, citando otros dos casos reales en los que han tenido que intervenir desde el ámbito policial. "Para que sea acoso tiene que haber un maltrato continuo y deliberado fuera o dentro del colegio. La finalidad es asustar y machacar a un compañero más débil para destacar o sobresalir. Las redes sociales ayudan a que se magnifique todo esto y los niños se sientan todavía peor", explicó la subinspectora de la Policía Nacional.

Para prevenir que un chico se convierta en un acosador o que le acosen, los padres deben estar vigilantes y seguir una serie de pautas, sobre todo en el mundillo de las nuevas tecnologías. Así, Victoria Fernández recomendó a los padres que pidan a sus hijos las contraseñas que utilizan para acceder a sus perfiles en las redes sociales. Además, estarán respaldados por la ley. "Este mismo lunes una sentencia de la Audiencia Nacional falló que el deber de la guardia y custodia está por encima del derecho a la intimidad. Y esto sienta jurisprudencia. No sólo podéis, sino que deberíais", dijo a los padres. "Os encontraréis con sorpresas, os lo aseguro...", advirtió, para contar a continuación el caso de los padres de una niña que descubrieron que estaba siendo acosada al comprobar que tenía casi 900 seguidores en Instagram. Otra de las recomendaciones en las que insistió la subinspectora para prevenir el acoso es que los padres desinstalen de los móviles de sus hijos la aplicación para móviles Snapchat para el envío de archivos que desaparecen del dispositivo del destinatario entre uno y diez segundos después de haberlos visto. "No trae más que problemas", determinó.

En cuanto a las consecuencias para el agresor, la subinspectora explicó que van desde la apertura de un expediente disciplinario a la comisión de un delito de lesiones, amenazas, coacciones, contra la integridad moral, calumnias, revelación de secretos o de omisión del deber del socorro, si no se hace nada para evitarlo. Y recalcó a los padres que si su hijo menor de 14 años (penalmente inimputable) es el acosador, los tutores cargarán con la responsabilidad civil, a razón de 1.000 euros por centímetro de cicatriz.

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