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"No tenemos otro sitio para los caballos"

Los dueños de los animales exigen que se deje de utilizar El Asturcón como arma política y no descartan ir a los tribunales si les obligan a sacarlos de allí El Alcalde les pide tranquilidad

Elisa Saiz, montada en su caballo "Coco Chanel". A la derecha, Enrique Saiz, Rocío Álvarez montada en el caballo y Javier Pérez. FERNANDO RODRÍGUEZ

Enrique Saiz nunca se había fijado en un caballo hasta que un día llegó su hija, Elisa, y le dijo que quería montar, que le gustaba aquello de la hípica. Y como los deseos de una hija son órdenes, Enrique se metió en el mundillo. Hasta hoy, que tiene tres ejemplares, que acompaña a "la niña" a campeonatos y que se pasa tres horas diarias en el centro ecuestre El Asturcón.

Enrique paga 3.000 euros al año por la manutención del único caballo que tiene en el centro. Es una yegua de tono marrón que se llama "Coco Chanel" y que compró en Holanda hace dos años a un precio "que tiene cuatro ceros". Mientras Elisa monta a "Coco Chanel" en la pista cubierta de las instalaciones, Enrique cuenta que los dueños de los caballos que están en El Asturcón, como él, no piensan sacar de allí a sus animales por muchos ultimátums que mande el edil Rubén Rosón (Somos), que el miércoles dijo que si no se encuentra una solución para el futuro del centro, cuyo concurso de explotación quedó desierto, los propietarios deberían retirar los animales en marzo.

"Eso no puede ser. No tenemos sitio donde llevar los caballos. No es tan fácil", explica Enrique, que vive en Siero y es Policía Local en Oviedo. Lo tiene tan claro como Javier Pérez, 28 años. "Hay algún lugar en Gijón y en Avilés pero las plazas están ocupadas. Es imposible sacarlos de aquí", cuenta este monitor de equitación, propietario de tres caballos por cuya manutención paga unos 9.000 euros al año.

A pesar de la incertidumbre, Enrique y Javier hablan con sosiego y tranquilidad. Saben que obligarles a sacar los caballos del hípico no sería tan fácil como podría sonar. Cuentan que para que estos animales puedan moverse por España necesitan un código de explotación ganadera (CEA) que emite la consejería de Agroganadería. Se trata de una especie de matrícula que informa del lugar en el que viven los caballos. En El Asturcón viven 100 caballos de unos 80 propietarios privados tanto de Oviedo como del resto de Asturias. Todas estas personas necesitarían tener una finca de su propiedad con un código de explotación ganadera para poder llevarse allí a sus animales. Y no es el caso. "El 99 por ciento no tiene una finca así. Por eso se sienten engañados", explican.

En realidad, Enrique y Javier hablan con la tranquilidad que les pidió ayer mismo el Alcalde, Wenceslao López (PSOE), que se resiste a hacer una valoración pública de la situación tras el inesperado final del concurso, desierto contra su pronóstico. El regidor socialista les pidió paciencia y ellos obedecieron: ayer desconvocaron la asamblea prevista para mañana con todos los usuarios del centro. Es una forma de darle tregua aunque, en realidad, mantienen su intención de acudir a los tribunales si finalmente el Ayuntamiento decide cerrar un centro que levantó el PP por 24 millones y que cuestan anualmente al Ayuntamiento 1,2 millones. "Un agujero", resumió Rosón.

Ellos, usuarios del Asturcón y propietarios de caballos, tienen ya a un abogado trabajando en el tema "por si acaso". Son conscientes de que el asunto se ha politizado y que por eso se está menospreciando a la hípica. "Este no es un deporte de élite. Es mentira. ¿Por qué las clases de hípica no son prioritarias y las clases de natación o de fútbol sí? Quizá no sea un deporte de masas en usuarios, pero sí a nivel de público", dice Javier, que pide que se deje de usar el centro como un arma política arrojadiza. E insiste en su solución para el futuro: "Una gestión municipal inteligente. El Ayuntamiento está pagando un dinero para algo que no sabe a dónde va", indican.

"Vengo todos los días y no podemos imaginarnos sin esto", interviene Rocío Álvarez, 27 años, encima de un caballo desde 1999. "Aceptaríamos cualquier solución pero que no cierren y nos echen", agrega. La solución, apuntan, es la que llevan meses planteando: "Una gestión municipal inteligente". Ellos ven con buenos ojos compartir el uso de la hípica con otra actividad, "siempre que sea coherente", y repiten que no necesitan 300.000 metros cuadrados y que entienden que las instalaciones deben ser rentables. Y que, bien gestionado, podría incluso haber campeonatos de hípica con conciertos de música por la noche. Más o menos como dijo Rosón, que planteó festivales y turismo de ocio. "De aquí al Naranco salen unas rutas maravillosas, pero deben limpiarse antes", concluyen.

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