Oviedo puso ayer la primera piedra para definir su futuro en la próxima década. Fue una piedra difícil de interpretar, muy genérica y teórica, porque lo que explicó ayer el tripartito (Somos, PSOE e IU) en el Auditorio fue el método que se va a utilizar para desarrollar el plan estratégico de la ciudad hasta 2025. Este plan será un documento que recogerá los problemas, las fortalezas y los grandes retos que tendrá el concejo en la próxima década y que marcarán las grandes actuaciones, la política y las inversiones. Pero ayer no tocaba hablar de eso. Ayer no tocaba hablar del qué sino del cómo. Del método.

Así que hubo poco concreto. Se dijo que los ejemplos a seguir eran Barcelona o Bilbao, pioneras en tener un plan estratégico de ciudad (principios de los 90). Se dijo que el documento para Oviedo tiene que estar listo en 13 semanas (antes de junio) y que será consensuado por el gobierno y el resto de agentes sociales: empresarios, vecinos, asociaciones culturales, deportivas. Todos.

Se dijo también que se habilitará un portal municipal, dentro de la oficial del Ayuntamiento, para que los vecinos dejen sus ideas o sus preferencias y que también se abrirán los centros sociales para quien no se maneje tanto por internet. Se dijo que se harán encuestas, foros abiertos, consultas y otros tipos de procesos de participación para que, entre todos, salga el documento. Se dijo que habrá tres estructuras de gestión: técnica, dirección y comisión de seguimiento para verificarlo todo. Y se dijo que, a grandes rasgos, el método que se va a seguir tiene la siguiente estructura: primero hacer un diagnóstico de problemas y fortalezas en cada barrio o sector, después imaginar el Oviedo que se quiere y finalmente pensar los proyectos y la manera de llevarlos a cabo. Escrito de otro modo: pensar en el Oviedo actual, imaginar el del futuro y buscar la fórmula para llegar a él.

Todo eso debe hacerse en 13 semanas por algo que ayer no se dijo: se trata de un contrato a seis meses que el tripartito encargó a una empresa especializada por 60.000 euros. Tener un plan así no sólo marca una hoja de ruta para la ciudad sino que la postula para recibir fondos de la UE. La planificación está premiada.

Del plan estratégico de ciudad, uno de los puntos que figuran en el acuerdo de investidura del tripartito, se habló ayer durante dos horas en la sala de un Auditorio con medio aforo. Unas 200 personas, contó el gobierno. Entre ellas, eso sí, representantes de todos los sectores de la ciudad, 140 asociaciones inscritas e instituciones de todos los ámbitos como el empresarial, el hostelero, el educativo o el vecinal.

Wenceslao López llevó el timón de un acto que los tres socios calificaron de "hito" al principio, cuando la explicación no fue técnica sino política. El regidor insistió en la importancia del "proceso colectivo" y dijo que era una nueva forma de gobernar: "que el voto no quede en la urna y ya. Que esté activo", señaló. Al principio, López presentó a Ana Taboada como portavoz de Somos, pero ella, que fue la primera en hablar, matizó que estaba allí como vicealcaldesa para destacar los "nuevos tiempos, e ilusionantes" por la participación ciudadana, pensar en un Oviedo "sin ciudadanos de primera y de segunda" y afear el "despilfarro y la corrupción" del PP. La socialista Ana Rivas calificó el acto de "punto de inicio para el Oviedo que queremos construir" y Cristina Pontón, portavoz de IU, imaginó una ciudad "más habitable, humana, ecológica y participativa". Los asistentes se mostraron escépticos por el plazo de 13 semanas establecido en un método que fue presentado por Manuel Domingo, representante de la empresa contratada.