"Lo primero es que los niños se habitúen a venir al cine; a ver películas en pantalla grande, a oscuras y en silencio. Y también, que aprendan a distinguir entre un corto y un largometraje". Mientras centenares de niños atravesaban el vestíbulo del teatro Filarmónica, Pablo de María, director de la Semana del Audiovisual Contemporáneo de Oviedo, explicaba por qué estaban allí aquellos pequeños. En total, se reunieron ayer en el teatro ovetense 365 niños de hasta 8 años de edad, alumnos de los colegios Dolores Medio, Amor Misericordioso, de La Corredoria y del Pablo Miaja. Asistían a la primera proyección de catorce singulares cortometrajes, programada dentro de la Semana Audiovisual como una manera de fomentar el cine entre los más pequeños. El jueves habrá pases para otros colegios, a las 10.30 y a las 12.00 horas, aunque esta vez los niños serán ya de entre 9 y 12 años. En total, pasarán por el Filarmónica más de mil.

Los cortos que se proyectaron forman parte de la selección del Festival Internacional de Cortometrajes de Clermont-Ferrand (Francia) y el de Vila do Conde (Portugal). "Estos cortometrajes narran las historias de una forma no comercial, tienen diferentes formas de contar las historias y utilizan un lenguaje no convencional, que no se parece al del cine que se puede ver en las salas comerciales. Es la única manera que tienen de ver estos cortos, porque no aparecen en la televisión".

Se trata de cortometrajes que apelan a valores como la solidaridad, la tolerancia, el respeto al medio ambiente o el compañerismo, y que fueron realizados en países tan distintos como Alemania, Francia o Irán y Turquía, entre otros. Pablo de María explica cuál es la intención de programar estas proyecciones dirigidas a los más pequeños: "El mensaje que queremos también transmitir a los niños es que hay vida más allá de Disney, que se pueden ver otras cosas".