Trubia fue conocida por su industria armamentística y metalúrgica. La Manjoya, por sus explosivos. Tudela Veguín adquirió fama con su empresa cementera y su minería. Y San Claudio despuntó gracias a la cerámica y a la loza. Toda esta industria fue a menos con el paso de los años hasta, en algunos casos, desaparecer. Ese proceso de origen, desarrollo y cierre de algunas de las grandes factorías instaladas en el municipio desde el siglo XIX constituyó la base de la conferencia que ayer ofreció el geógrafo Antonio Huerta Nuño en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA y que además sirvió para inaugurar el XIII ciclo de charlas de la SOF.

"La burguesía, el conocido como Oviedín del alma, le dio la espalda al origen industrial de la ciudad en favor de la terciarización, del sector servicios y de la construcción residencial", explicó Huerta, licenciado en Geografía e Historia y autor de varias publicaciones relacionadas con la industria asturiana.

El concejal de Cultura y presidente de la SOF, Roberto Sánchez Ramos, y la cronista oficial de Oviedo, Carmen Ruiz-Tilve, (que a su vez es la coordinadora del ciclo de charlas de la SOF), aprovecharon para presentar las próximas conferencias del mes de marzo en las que hablarán expertos como Juan Carlos Aparicio Vega, Ignacio Álvarez Tuñón y Carlos Del Cano sobre el panorama de las artes o el comercio en la ciudad. Además, el edil de Cultura reivindicó la necesidad de que la propietaria de la fábrica de la Vega, General Dynamics, readmita a los 55 despedidos de la factoría y negocie un acuerdo con Defensa para que "los 120.000 metros cuadrados de terreno vuelvan a ser de Oviedo".