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Una "ciudad" de 120.000 metros cuadrados clave para el futuro de Oviedo

Las primeras armas salieron de la fábrica de la Vega en el año 1856, pero la relación de Oviedo y sus ciudadanos con el sector es aún más antigua, ya que desde 1794, y hasta la apertura de la factoría, los maestros armeros habían trabajado en sus casas o en pequeños talleres. La fábrica inicial, basada en el claustro del monasterio de Santa María, se fue extendiendo hacia Santullano y tras la Guerra Civil, hacia el año 1940, se construyó la última nave industrial de gran porte, casi a un palmo de Santullano y obra del ingeniero Ildefonso Sánchez del Río. La historiadora María Fernanda Fernández, que dirigió el año pasado una visita guiada a la factoría, comparó el complejo con "una ciudad" fabril de 120.000 metros cuadrados "perfectamente organizada", con construcciones singulares que van desde el siglo XII hasta el siglo XX, y con una superficie cubierta de unos 50.000 metros cuadrados.

Desde el cierre de la Vega en el año 2012, los responsables políticos piensan en esos terrenos como un espacio clave para el futuro desarrollo de la ciudad.

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