Son las seis de la madrugada de un día cualquiera y el jefe superior de Policía de Asturias, Ignacio Díaz Salazar, se abrocha las zapatillas para salir a correr por Oviedo. "Da igual que nieve o que caigan chuzos de punta, correr es como una droga y si por algún motivo no puedo hacerlo no me siento bien", asegura. Este madrileño de 62 años, que desde el pasado mes de agosto vela por la seguridad en el Principado, no es ni mucho menos el único que ha convertido el "running" en un puntal imprescindible para estructurar su día a día. La pasión por este deporte ha crecido exponencialmente en la ciudad en los últimos años y cada vez son más los ovetenses que se sienten atrapados por una práctica con enormes beneficios físicos y mentales. "Llevo saliendo a correr 16 años y, entre otras cosas, siempre me ha servido para liberar las tensiones del trabajo, para olvidarme de los problemas. Además es muy bueno para la salud, se lo recomiendo a todo el mundo, tenga la edad que tenga", señala Díaz Salazar.

El jefe de la Policía Nacional siempre entrena solo, bien de madrugada o a la hora de comer. Aunque asegura ser "un mero aficionado", hace deporte cinco días a la semana y en ocasiones recorre hasta 15 kilómetros por jornada. "Lo importante es sudar un poco", afirma quitándose importancia. Oviedo es una ciudad que le encanta "en todos los sentidos", aunque si tuviera que ponerle alguna pega es que "tiene muchas cuestas". Aún así, "la gente que entrena para carreras que son duras sale muy preparada trabajando en las condiciones que se dan en esta ciudad".

Las cuestas siempre están presentes en los recorridos de los aficionados que trotan a diario por Oviedo. Aunque también hay cierto "toboganeo" -así denominan los deportistas a los trayectos con cambios de pendiente-, la pista finlandesa es uno de los puntos de la ciudad más planos para correr. Otra de las opciones más elegidas por los aficionados es el Parque de Invierno y la senda que parte desde ese espacio verde hacia Fuso de la Reina, un recorrido que discurre por la caja del antiguo ferrocarril del Vasco. Además, también es muy habitual encontrarse con corredores en todo el entorno periurbano del Naranco, en la zona de La Corredoria o en el tramo del Camino de Santiago que parte desde Oviedo hacia Tineo y pasa por espacios naturales cercanos a localidades como Llampaya, Llampaxuga o San Lázaro de Paniceres. "Es lo que tiene este deporte, al practicarse al aire libre se puede salir a correr casi por cualquier parte. De hecho cada vez hay más gente entrenando por las propias calles de la ciudad, sobre todo por las noches", asegura María José Salguero, una ovetense que lleva poco más de un año "dándole caña" al "running".

Quién se lo iba a decir a Paco Hevia, un atleta veterano que lleva toda la vida pateando el concejo y que además regenta una tienda en Oviedo desde hace 34 años en la que sólo se venden zapatillas para correr . "Hace veinte años salías a entrenar por los alrededores de la ciudad y te paraba la Guardia Civil para pedirte el carnet de identidad. No es broma, como no estaban acostumbrados pensaban que corrías por algo malo", asegura. También le tocó enfrentarse a alguna que otra crítica que asumía con sentido del humor. "A lo mejor estaba un paisano a la hierba y te decía al pasar: 'Déjate de correr tanto, coge la gadaña y ponte a ayudame. Qué bien tabes trabayando'", explica Hevia con una sonrisa.

"No hay excusa para no ir a correr, sólo se necesitan zapatillas", dicen los aficionados

Toni Suárez lleva corriendo desde el año 2000, antes practicaba artes marciales. Seis días por semana, al bajarse del taxi con el que trabaja, se echa a la calle "para trotar un poco". Entre pitos y flautas, suele cerrar la semana con "ochenta o cien kilómetros" en las piernas. "Esto es un vicio. Al principio empiezas suave, pero te vas encontrando bien y siempre quieres más", señala Suárez, que estuvo en la maratón de Valencia y participa siempre que puede en otras carreras populares dentro y fuera de la región. "La semana que viene haré los diez kilómetros de Laredo (Cantabria)", asegura el taxista, que tiene 52 años.

Suárez también es de los que piensa que el "running" es "una forma de vida". Para él es tan importante que ha conseguido convencer a su mujer para que también salga a correr. "Yo me lo tomo con un poco más de calma, este año fue el primero que corrí la San Silvestre", explica Begoña Álvarez, que suele llevar consigo a su perro "Nerón" cuando sale a entrenar. "Aquí hacemos deporte todos", señala Álvarez a la entrada de la pista finlandesa.

Alfredo Álvarez suele quedar con su amigo Toni para hacer deporte. También es de los que hace muchos kilómetros y, como el taxista, participa en diferentes carreras a lo largo del año. Tiene 45 años y no podría vivir sin su sesión diaria de "running". "Para mí es algo imprescindible, no hay mejor manera de sentirse bien con uno mismo que hacer deporte", sostiene. Lo mismo piensa Fran Álvarez, que regenta una sidrería en la calle Manuel Pedregal. "Aquí donde se me ve llegué a pesar 105 kilos", explica. Ahora a sus 49 años, después de nueve corriendo de manera constante, ronda los 70 y ya ha participado en maratones como el de Sevilla, San Sebastián, Valencia o Berlín. "Al principio empiezas por hacer algo de deporte. Tengo un trabajo en el que me paso muchas horas y correr es una práctica que puedes hacer en cualquier momento del día y sin depender de nadie. Sólo necesitas unas zapatillas, un pantalón de deporte y una camiseta o sea que no hay ninguna excusa para ponerse un poco en forma", asegura.

Fran Álvarez está convencido de que el "running" le ha hecho mejorar en muchos aspectos de su vida, no sólo en el físico. "Te da muchas felicidades. Liberas estrés e incluso consigues una mejor relación con tu familia. Además es un deporte que te permite conocer a mucha gente, sobre todo si participas en alguna carrera. Al final no se trata de ganar, se trata de compartir una pasión que es muy sana y sólo llegar a la meta produce un satisfacción que no se puede explicar", subraya poco antes de empezar entrenar en el Parque de Invierno. "Hoy trotaré sólo unos cuarenta minutillos", explica.

Otro apasionado de este deporte es Jorge Delametter-Scott, un cubano con orígenes escoceses que vivió 33 años en Estados Unidos y ahora reside en Oviedo. "Soy asmático desde que nací y cuando tenía 30 años me dijeron que no podía practicar deporte. Me negué rotundamente, me puse a correr y comencé a mejorar muchísimo", afirma. Ahora tiene 61 años y puede presumir de haber participado en 159 maratones. "Estuve en los maratones de todos los estados de los Estados Unidos menos en el de Hawai. Además, participé en todos los que hay en Canadá y en los de México", asegura.

Pero no todos los ovetenses salen a correr con el objetivo de competir. Raúl Álvarez y Juan Manuel Mediavilla han empezado "hace un mes" con el propósito de "bajar un poco la barriga" y para velar por su salud. "Hacemos unos 45 minutos diarios a un ritmo suave. Solemos correr por el Parque de Invierno y por la senda de Fuso", explica Raúl.

El "boom" del "running" también ha traído consigo el nacimiento de varios clubes o colectivos formados por grupos de amigos que se juntan para salir a correr. También los hay en algunos gimnasios de la ciudad o en las diferentes entidades ligadas al deporte que existen en Oviedo. Uno de estos grupos es el del Centro Asturiano. "Seremos alrededor de 50 personas. Unos están federados y otros son simples aficionados a los que les gusta correr para estar en forma. Lo que hacemos es juntarnos y disfrutar de lo que nos gusta", señala Toni Pérez, responsable del área de atletismo del Centro Asturiano. Algo similar ocurre con los miembros del "Ontier Runners Club", que surgió no hace mucho en el seno del Club de Tenis de Oviedo. "Combinamos la práctica del deporte con la camaradería. En total habrá unos 40 miembros, pero luego nos vamos juntando según podemos, en función de los horarios que cada uno elige para correr", explica Fernando Zuazua, uno de los miembros del grupo.

Otros buscan en el club de atletas una excusa para montar reuniones y viajes entre amigos. Como hacen en "Oviedo Runners". Son un grupo de amigos de toda la vida que cada año salen de España "con la excusa" de participar en alguna carrera popular. Por ahora han estado en Pafos (Chipre), Lisboa y Roma, pero ya están preparando una escapada a la maratón de Belgrado, que se celebrará el próximo 17 de abril. "Para nosotros es una manera de viajar y de estar todos juntos haciendo algo que nos gusta. No sólo va a ser quedar para comer y para tomar algo, aunque eso también lo hacemos", reconoce Pablo Figaredo. Todos rondan los 30 años, con lo que tienen fondo de sobra para correr en ambas direcciones.