La futura puesta en marcha de las extracciones a pacientes en situación de parada cardiaca aumentará el volumen de donantes de órganos en Asturias. Así lo pronosticó ayer el cirujano Ignacio González-Pinto, responsable quirúrgico de trasplante de hígado del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Este procedimiento, ya implantado en otras comunidades autónomas, se aplica a personas en situación de muerte cerebral a consecuencia de una parada cardiaca, en los que la parada se revierte de forma artificial con el objetivo de aprovechar los órganos. "Se pensaba que iba a dar un rendimiento mínimo, pero ha generado un incremento de órganos sorprendente", indicó el doctor González-Pinto.

El cirujano del HUCA intervino en una mesa redonda celebrada ayer en el Colegio de Médicos y organizada por la Real Academia de Medicina del Principado. Bajo el título "Evolución, estado actual y futuro de los trasplantes de páncreas, pulmón e hígado", el coloquio contó también con la participación de Daniel Casanova, catedrático de cirugía de la Universidad de Cantabria y médico del Hospital Marqués de Valdecilla (Santander) y Felipe Zurbano, jefe de sección de neumología de Valdecilla. Actuó como moderador el cirujano Enrique Martínez Rodríguez, catedrático y jefe de servicio del HUCA ya jubilado.

Mientras se desarrollaba la mesa redonda, en el HUCA se realizaba el trasplante de hígado número 457 (la técnica se inició en abril de 2002). Según el doctor Pinto, el promedio de actividad del Hospital Central (y de Asturias) es de 35 implantes al año, y la espera media de los pacientes es de 62 días, "una de las más bajas de España".