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Generación OVD

"Las ilustraciones deben explicar muchas cosas y parecer frescas"

"Suelen decirme que me parezco mucho a mi padre, y no me gusta, porque se espera que sea tan buen creador como él"

"Las ilustraciones deben explicar muchas cosas y parecer frescas"

"Me gustaría ser capaz de hacer ilustraciones que expliquen muchas cosas y que, a la vez, parezcan frescas y no demasiado pensadas. Con códigos que el público deba descifrar y sacar sus propias interpretaciones". Víctor Botas Cervero (Oviedo, 1983) tiene claro a qué puerto quiere llegar en un territorio creativo que califica como "bastante solitario". La suya es una travesía que comenzó en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca, y que a veces se asemeja a una singladura en solitario y otras a una estancia en una isla desierta, a lo Robinson Crusoe. "Lo peor de trabajar en este ámbito es que, a la hora de tomar decisiones, nadie puede ayudarte y corres el riesgo de enfangarte mucho en el proceso y perder el norte, no saber qué falla y qué no falla", subraya este dibujante afincado en Madrid.

Víctor Botas confiesa que, en estos años de aprendizaje y despegue profesional, se ha aprovisionado en tres despensas intelectuales, dos del siglo pasado y la tercera de la presente centuria: la editorial Bruguera (años 60-70), la revista "El Víbora" (años 80-principios de los 90) y "cualquier cosa que veo por internet, fanzines, pequeñas editoriales..." (del 2000 hasta el día de hoy).

Entre la nómina de autores que han ejercido sobre él un potente influjo, cita a Robert Crumb, Manel Fontdevila, Quino, Manuel Vázquez, Joe Matt y Saul Steinberg. De los ilustradores españoles jóvenes le gustan Liqen (artista urbano), Javier Jaén, Nicolai Troshinsky o Let's Pacheco! (webcomic de Laura Pacheco).

Dice Víctor Botas que le inspira "casi cualquier cosa". Y enumera: la arquitectura de los años 60-70, los carteles de la Guerra Civil, los videojuegos antiguos de pixeles, música... "Basarse en obra de otros autores de tu gremio puede ser en ocasiones contraproducente. En los últimos tiempos, lo que hago es coger fotografías y GIFS y voy archivándolas en carpetas. Luego las miro en el proceso de calentamiento o cuando necesito ideas de cualquier tipo", detalla.

En 2014 ilustró un libro con algunos poemas inéditos de su padre -el escritor Víctor Botas (1945-1994)- escritos en sus años de juventud. Se titula "Carta a un amigo" y fue editado por Impronta. "En cuanto a la relación de mi obra con la de mi padre, creo que existe un cierto distanciamiento de lo relamido, una tendencia a la desmitificación y un cierto humor, aunque el mío es más absurdo", analiza. Y prosigue su labor de introspección: "Pienso que mi trabajo intenta ser optimista, cosa que no encontramos en gran parte de la obra de mi padre, y que los referentes culturales de mi padre están a años luz de los míos, y los míos son, en gran parte, más populares".

Con una relación paterno-filial de por medio, y compartiendo nombre y apellido, la comparación es inevitable. "Suelen decirme que me parezco mucho a mi padre. Esto no me gusta demasiado porque, de alguna manera, se espera que seas tan buen creador, al menos, como Víctor Botas". Sin embargo, surge de vez en cuando la tentación de acometer lo improbable: "A veces pienso en escribir algo como acompañamiento a mis dibujos, pero no sé si funcionaría, prefiero trabajar con material de otra persona y así me quito presión".

Llegar a ser un buen ilustrador va más lejos de saber dibujar, y constituye una aspiración que Víctor Botas Cervero ha convertido en desafío cotidiano: "Es muy importante tener un gran bagaje cultural para poder relacionar conceptos, generar ideas y disponer de referencias". Y, por si fuera poco, también hace falta "conocer campos completamente ajenos a tus conocimientos, algo que, por otra parte, es muy sano para el cerebro: meterle nuevos datos constantemente".

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