"Venimos procesionando con Jesús Cautivo y Nuestra Señora la Virgen de la Merced dando un testimonio de fe", señaló a los muchos asistente el arzobispo, Jesús Sanz Montes, durante la procesión de la Hermandad de Jesús Cautivo, que partió ayer de su sede canónica, la basílica de San Juan el Real, pasadas las ocho y cuarto de la noche, y adonde regresó en torno a las once tras realizar todo el recorrido.

Un recorrido que fue seguido por miles de personas, sobre todo en el entorno de la basílica y en la calle Uría, de forma muy especial a la altura del convento de las Siervas de Jesús, que son cofrades honoríficas de la hermandad y camareras de sus titulares.

Como manda la tradición, las monjas cantaron, por megafonía, la salve mientras las luces del convento permanecían apagadas, y en sus ventas ardían velas rojas. También realizaron la ofrenda floral a la Virgen, como en años anteriores.

Ya en la plaza de Porlier, se celebró el acto más esperado de esta singular procesión, el rito del indulto, tras leer el relato evangélico del prendimiento de Cristo, que inició el Arzobispo y continuó el párroco de San Juan el Real, Francisco Javier Suárez.

A petición de la Cofradía de Jesús Cautivo, el Consejo de Ministros concedió este año la libertad a un preso ovetense de la prisión de Villabona, F. J. G. M. (un extoxicómano rehabilitado), que apareció en la puerta del edificio de la Real Audiencia de Asturias con el rostro tapado.

"Hermano, Jesús Cautivo con su muerte te liberó a ti y también a todos nosotros, y contigo caminaremos hasta la basílica de San Juan. Doy gracias al Señor por este indulto", le dijo el Arzobispo mientras los asistentes, después de un largo silencio, estallaban en un emocionado aplauso.

Antes, el paso de Jesús Cautivo, por un lado, y el de Nuestra Señora la Virgen de la Merced, por otro, bordearon la plaza de Porlier para encontrarse finalmente delante de la puerta de la Audiencia. Los tres pasos, acompañados por los encapuchados de la Hermandad con sus capas rojas, recorrieron las calles del centro de la ciudad: el de la Santa Cena, llevado por los "Infantes de Getsemaní", que es la denominación que reciben los niños de la Cofradía de Jesús Cautivo; el paso de Jesús Cautivo y el de Nuestra Señora de la Merced, que fueron escoltados por la Guardia Civil y por miembros de la Asociación de Reservistas de España. La Banda de Cornetas y Tambores de la Hermandad y la Banda de Gaitas "Ciudad de Oviedo" acompañaron a la procesión durante el recorrido, que, además de lograr la libertad de un reo, levantó el espíritu de los fieles.