"Aunque la maternidad es maravillosa también tiene muchas sombras, y no sé por qué no se habla de ellas", se planteó ayer la pediatra Lucía Galán Bertrand al presentar su libro "Lo mejor de nuestras vidas" en Oviedo, en el salón de actos del Club de Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA hasta arriba de público. "Hay momentos en los que te sientes sola, hasta estafada", reconoció la protagonista del evento, que además de médico es madre de dos hijos y que sostiene que "en la maternidad no hay trajes de talla única ni manuales para ser el perfecto padre o madre".

Lucía Galán dio varios consejos a los padres y las madres, desde su experiencia personal y como médico. "Disfrutad de vuestra maternidad y paternidad intensamente, asumid esa responsabilidad, nuestros hijos nos observan todo el día y por supuesto nos imitan", les dijo. "Déjate llevar por tus emociones, sigue tu instinto, escucha tu voz interior", es otra de sus consignas.

La doctora, que reside y ejerce la Medicina en Alicante desde hace diez años, reflexionó sobre la naturaleza de su profesión. Hizo una ronda de agradecimientos que empezó por su familia y siguió por sus amigos y compañeros. Al hablar de los que compartieron con ella los años de facultad echó la vista atrás e hizo balance: "Cuando acabamos la carrera teníamos la profesión muy idealizada, con el paso de los años cambié mi manera de pensar. Tenemos una asignatura pendiente, debemos humanizar la profesión". Contó que sus profesores, durante la carrera, le advertían de que debía protegerse: "Lo intenté pero a mí no me funciona. La maravilla de esta profesión es acompañar al paciente, celebrar sus mejorías y llorar sus pérdidas".

El periodista de LA NUEVA ESPAÑA Javier Cuervo acompañó a Lucía Galán en su presentación. Aludió al premió Bitácora que la joven pediatra ganó por su blog y a las tres ediciones que su libro "Lo mejor de la vida" lleva en un mes y cuyo éxito radica en que, como Cuervo sintetizó, "enseña, tranquiliza y ayuda, y está cargado de energía positiva". El periodista reveló ayer el origen de la vocación de Lucía Galán. Su madre, la exconcejala ovetense Covadonga Bertrand, cuenta, según Cuervo, que su hija tuvo meningitis de niña y cuando se repuso le dijo que de mayor iba a ser médico "para que ningún niño pase por este dolor".