Una persona sana, noble, deportista y entregada. Estos son sólo algunos de los adjetivos empleados por amigos y compañeros para describir la figura de Eloy Palacio, bombero que se curtió en la mina como mecánico y compaginaba su trabajo con la enseñanza de natación a los alumnos del colegio de educación especial de la localidad sierense de Meres.

Algunos allegados recuerdan como Palacio entregó tres años de su vida para obtener la plaza de bombero. Una meta que lograría en el año 1992, "a base de vocación, empeño y tenacidad", según cuentan unos amigos de juventud, muchos más jóvenes que él, que dicen haber aprendido todos a conducir gracias a su coche y sus consejos.

No obstante, antes que bombero fue minero, concretamente en el pozo Mosquitera, situado entre Siero y Langreo, en el que trabajó y dejó huella entre sus compañeros por su destreza en el arte de la mecánica hasta su cierre por un incendio en 1989. "Nos vimos y recordamos viejos tiempos con motivo de una comida que celebramos por Santa Bárbara", relatan algunos que trabajaron junto a él bajo tierra.

Del mismo modo, era un apasionado del buceo e incluso trabajó un tiempo haciendo reparaciones bajo el agua. Además, era gran aficionado a la pesca y dicen sus allegados que también le gustaban mucho las motos y, sobre todo, disfrutar de los amigos y la familia.