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Un testigo afirma que el incendio empezó una hora antes del aviso

El tratamiento químico de la madera del edificio pudo actuar de acelerante de un fuego "demasiado violento"

La investigación de las causas y circunstancias del incendio del número de 58 de la calle Uría puede arrojar sorpresas. Uno de los últimos testimonios recabados por los investigadores de la Policía Nacional apunta a que el incendio podría haberse originado una hora antes de que los bomberos recibiesen el aviso de intervención. Según ha podido saber este periódico por fuentes próximas a la investigación, uno testigo afirma ahora haber olido humo en el interior del inmueble "una hora antes" de que llegasen los bomberos. En aquel momento esta persona no le dio mayor importancia, pero el testimonio cobra fuerza ahora porque podría explicar por qué cuando llegaron los primeros bomberos el incendio -que supuestamente comenzó en el techo de la primera planta- había arrasado ya la segunda planta del edificio.

Además de este testimonio, ayer tuvo que declarar de forma oficial en el marco de la investigación el delegado de prevención de riesgos del Ayuntamiento, Miguel Ordóñez Lorenzana, que es a su vez el bombero y militante de la CSI que ha pedido la dimisión del jefe del servicio, José Manuel Torres. Antes que él declararon tres mandos, el superviviente y los bomberos que participaron en el rescate de este compañero y en el del cuerpo del fallecido, Eloy Palacio.

Al margen de las declaraciones, la unidad de Policía Científica está analizando los residuos del incendio para determinar si en la propagación del fuego actuó algún tipo de acelerante. Fuentes cercanas a la investigación aseguran que la estructura del edificio, íntegramente de madera, podría haber sido tratada con productos químicos para atacar la carcoma, así como potentes barnices y otras sustancias. La investigación se centra ahora en analizar la composición de los materiales para ver si está relacionada con la fuerza de "un fuego demasiado violento" que resultó intratable para los servicios de extinción. Además, al tratarse de un edificio de corte administrativo había acumulada gran cantidad de papel en determinadas zonas.

El número 58 de la calle Uría fue rehabilitado en el año 2003, sin embargo el edificio no se vació para asumir esta reforma, y se mantuvo la estructura original, de 1880, con los suelos y vigas de madera. La única parte nueva era el recrecido de hormigón y varillas de hierro de la buhardilla, el mismo lugar en el que supuestamente trabajaban el bombero fallecido y su compañero herido. El edificio contiguo, el número 56, también fue reformado recientemente, pero en este caso se renovó toda la estructura utilizando hormigón.

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