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La picaresca ataja por la "zona cero"

Algunos ciudadanos tratan de engañar a los policías que custodian el cordón de seguridad para atravesar Uría

Una de las vallas que limitan el acceso a la calle Uría. LUISMA MURIAS

"Llevo aquí solo media hora y ya me estoy poniendo de mal humor..." Los policías locales que custodian las vallas que delimitan el acceso a la calle Uría se desesperan cada día ante la "incomprensión" de algunos ciudadanos que se empeñan en cruzar por la "zona cero" de la calle Uría, acordonada tras el incendio, mientras se realizan las tareas para asegurar los edificios.

-¿Adónde va usted?

-Voy para allá.

Cuando el agente explica que para ir "para allá" hay que dar un rodeo suceden varias cosas. Algunos lo encajan bien y dan media vuelta. Otros se hacen los locos y aseguran que no conocen la ciudad y no saben por dónde desviarse. También hay ciudadanos que aluden a la táctica de "dar pena": que no pueden caminar tanto por una lesión en la rodilla o que van con una prisa enorme a una emergencia. Por último, algunos ciudadanos llegan a mentir asegurando que son residentes o van al supermercado, donde sí está permitido el acceso. Lo que consiguen es llevarse una buena reprimenda del agente que está en la valla del fondo por haberse saltado el cordón policial a la torera. "Yo por mí le dejaba pasar, pero sí se derrumba la fachada y le alcanza usted se me cae el pelo", explica el agente a un grupo. Y le responden, convencidos, que "la calle es de todos".

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