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El mito se cae: dejar de fumar mejora la salud mental de las personas con depresión

Un estudio de la Facultad de Psicología concluye que el enfermo mental recobra la autoestima y los hábitos placenteros al abandonar el tabaco

De izquierda a derecha, Roberto Secades Villa, Sara Weidberg López, Alba González de la Roz, Víctor Martínez Loredo y Aris Grande Gosende, parte de los integrantes de la unidad clínica de conductas adictivas de la Facultad de Psicología de Oviedo. MARÍA GÓMEZ

En este caso, el lugar común no refleja una realidad. Las personas con depresión que dejan de fumar ven mejorada su salud mental y mitigados de forma sensible los síntomas de su patología. Además, tras abandonar el hábito tabáquico recobran su autoestima y costumbres placenteras que habían ido orillando como consecuencia del trastorno depresivo, entre ellas la lectura y el deporte.

Éstas son las conclusiones más descollantes de una investigación realizada por la Facultad de Psicología de Oviedo, que consiste en la aplicación de tratamientos psicoterápicos para dejar de fumar a personas que sufren trastornos mentales. En este caso, se trata de 44 pacientes que estaban diagnosticados y tratados de su depresión y que, además, fumaban.

"Hemos comprobado que dejar el tabaco ha mejorado su patología psiquiátrica, conclusión que contradice una creencia muy generalizada no sólo entre la población general, sino también entre muchos profesionales sanitarios", subrayaron el profesor titular Roberto Secades Villa y la becaria predoctoral Alba González de la Roz, principales responsables de la investigación.

"La tasa de fumadores entre los enfermos con depresión duplica la de la población general", subraya Alba González. No sólo eso, sino que, además, su consumo supera la media global, hasta alcanzar los 24,5 cigarrillos diarios. Está muy arraigada la convicción de que para un paciente deprimido resulta contraproducente dejar el tabaco. "Se supone que fumar les ayuda a controlar los síntomas", explica Roberto Secades, director de la unidad clínica de conductas adictivas de la Facultad de Psicología.

La realidad constatada por los investigadores asturianos es muy distinta: quienes dejan el tabaco mejoran su estado pisquiátrico y reanudan actividades que, pese a gustarles, habían ido marginando debido a la anhedonia (pérdida de la sensación de placer) característica de la depresión. "Los que dejan de fumar no son necesariamente los que menos graves estaban", puntualiza Roberto Secades, quien agrega que numerosos enfermos que al inicio presentaban una marcada sintomatología psiquiátrica muestran al final del tratamiento unos signos patológicos mucho más leves. Entre otras manifestaciones, esta progresión se plasma en "una mejoría anímica y una mayor capacidad de retomar las riendas de la propia vida".

Es bien sabido que la depresión es una enfermedad mayoritariamente femenina. Se estima que afecta a un varón por cada tres mujeres. El 77 por ciento de los pacientes que han participado en la investigación de los psicólogos asturianos son mujeres. Esta preponderancia entraba dentro de lo previsible, dado que el colectivo femenino es más proclive a pedir ayuda y a someterse a tratamientos.

A los pacientes les fue aplicada una terapia antitabáquica de ocho semanas de duración. Consiste en un tratamiento psicoterapéutico -no farmacológico- que se aplica en grupos de cuatro personas y en sesiones de periodicidad semanal que duran una hora. "Los datos preliminares nos indican que al final de la octava semana han dejado de fumar el 73,5 por ciento de los pacientes", indica Alba González. Como promedio, habían abandonado el tabaco 21 días antes de que se cumpliesen las ocho semanas. Para conocer el efecto real del programa, los investigadores realizarán un seguimiento de los pacientes hasta un año después de la conclusión del mismo.

Los investigadores aspiran a engrosar el volumen de personas depresivas y fumadoras que participan en el proyecto. Entre otras ventajas, ofrecen "una terapia gratuita para dejar de fumar". Los interesados deben dirigirse a ellos a través del correo electrónico "grupoca@uniovi.es" o del teléfono 985104189.

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