"La biblioteca más cara de la historia de la humanidad". Lo dice la edil Ana Taboada, la que ayer puso voz y cara a las denuncias de Somos al papel desarrollado por los distintos gobiernos del PP que la ciudad tuvo durante casi un cuarto de siglo liderados por Gabino de Lorenzo, en la expropiación de "Villa Magdalena". Y es que la historia del palacete de la avenida Galicia construido en 1902 siguiendo el diseño del arquitecto Juan Miguel de la Guardia lleva dando mucho que hablar desde finales del siglo pasado. Más que nada porque fue comprado por Asturcosa (ahora Comamsa y antes Melandrera) -propiedad del empresario Miguel Ángel Menéndez del Fueyo- por 2,6 millones a una sociedad de la familia Rato.

En realidad, "Villa Magdalena" nació como "Villa Julia". Fue cambiando de manos -sus primeros dueños fallecieron, el segundo se arruinó- hasta llegar a las de Alfredo Figaredo Herrero (miembro de la familia a la que pertenece Rodrigo Rato Figaredo, exministro y exdirector de Fondo Monetario Internacional, ahora imputado por el caso Bankia). Éste bautiza la finca y el palacete como "Villa María Magdalena", en un guiño a su esposa, María Magdalena Argüelles Álvarez-Campa, la última habitante del edificio. Entre los años 80 y 90 transfirió la propiedad a la firma Proina, vinculada a los Rato, por una renta vitalicia. Y luego acabó en manos de Miguel Ángel Menéndez del Fueyo.

Mientras, el Plan General de Ordenación de 1986 -en tiempos de Antonio Masip (PSOE) como alcalde- ya se preveía su explotación, junto a otros dos símbolos del urbanismo local: el palacete de la Lila y el colegio Hispania. Y llegó el año 1998. Ya con Gabino de Lorenzo al frente de los destinos de la ciudad, y tras una negociación fracasada por Del Fueyo para hacerse con el palacete a cambio de aprovechamientos urbanísticos, se optó por expropiar. El Ayuntamiento pagó entonces 3,11 millones. Del Fueyo reclamó una nueva tasación ante el Jurado de Expropiación del Principado y arrancó una pugna judicial que ha elevado la cuenta de "Villa Magdalena" a unos 60 millones de euros, entre principal e intereses, de los que se ya han pagado unos 30.

Entre medias, se rehabilitó el edificio por parte del Ayuntamiento, con una sala de estudio, una biblioteca especializada en arte cuyo núcleo inicial es la biblioteca del Legado Tamés (compuesta por 1.165 volúmenes) y un fondo museístico de este mismo legado. Ya en el nuevo milenio, y durante un tiempo, fue sede de la Fundación Princesa de Asturias.