La tranquilidad reina en "Villa Magdalena". Al pasar el umbral, nadie diría que este edificio de 1902 que conserva su doble escalera con balaustrada y en el que da miedo alzar la voz más de la cuenta por si se molesta al prójimo, trae de cabeza al gobierno local, pone en entredicho veinte años de gestión del exalcalde Gabino de Lorenzo, ha llegado al Tribunal Supremo y podría costarle a la ciudad un total de 60 millones de euros. Todo el que entra en el palacete apunta su nombre y DNI en un folio. No se trata de una recaudación de fondos al estilo "crowdfunding" (colecta colectiva) para pagar la deuda, sino que es una hoja de registro que permite saber que una media de 400 personas acude a diario al centro social ubicado en las dos plantas principales, y aproximadamente otras 100 van a la biblioteca que hay en el sótano.
El centro social tiene sala de lectura con vistas a la calle Real Oviedo, sala de juegos, sala de informática, baños y una máquina de café en la planta baja. Allí, Jesús Fernández, de 49 años, se entretiene viendo un vídeo de "Los secretos" en un ordenador. Tiene los auriculares puestos y se sobresalta ligeramente cuando interrumpen su calma. "Suelo venir a consultar mi correo electrónico y a navegar por internet porque no tengo ordenador en casa", lo dice bajito para no molestar a la decena de personas que disfruta de la red wifi gratuita de "Villa Magdalena". Acude regularmente desde hace cuatro años y está a gusto porque es un lugar cómodo y tranquilo para trabajar y relajarse.
Lo mismo les ocurre a los lectores de periódicos. Y es que una buena parte de los usuarios habituales del palacete va a leer la prensa. Hay siete ejemplares de LA NUEVA ESPAÑA y uno de varios diarios regionales y nacionales. "A veces se han llegado a formar colas para conseguir alguno", asegura Pablo González, el ordenanza que trabaja allí desde octubre contratado a través de una empresa y que se ha acostumbrado a que en los últimos días se cuchichee más de la cuenta sobre le deuda del palacete. De hecho, los alumnos de los talleres que se imparten en "Villa Magdalena" bromean con el hecho de estudiar en el edificio más caro de Oviedo. En el inmueble se ofertan cursos de todo tipo que no sólo provienen de la Concejalía de Promoción Social. Así, el tablón de anuncios está lleno. Desde los talleres de informática que imparte la Asociación de Mujeres por la Cultura, hasta los cursos de pintura y dibujo que organiza la Asociación de la Tercera Edad del Cristo y Buenavista, pasando por los ensayos del Coro Villa Magdalena o las reuniones de la Asociación de Padres y Amigos de Deficientes Auditivos de Asturias (Apada).
En el primer piso hay tres salas que cada día se aprovechan para una actividad diferente. Argentina Monjardín, de 80 años, se está poniendo al día sobre nuevas tecnologías con un nutrido grupo de compañeros que afirman que van a "aprender y a pasar el rato al margen de polémicas y deudas". Está encantada en el palacete, al que acude con regularidad a una tertulia y a clase de francés, "Además me he comprado un ordenador hace poco para practicar porque todavía estoy verde", comenta sin soltar el ratón.
En el piso de abajo, Estefanía Suárez, de 56 años, consulta un libro de arte del legado de Tamés del Valle, una colección de 1.145 volúmenes que completa el resto de fondos de la biblioteca de "Villa Magdalena", con más de 10.000 libros. "Vengo todas las semanas a consultar libros de arte para ampliar mis conocimientos porque hay libros únicos y muy interesantes". Estefanía es de Riosa y aprovecha "las gestiones que tengo que hacer en Oviedo" para entrar en el palacete de la avenida de Galicia. Es una biblioteca de lujo.
